Por la incertidumbre de qué sucederá en un futuro en materia económica y patrimonial porque durante la infancia fueron violentadas, el perfil de las mujeres que sufren de abuso sexual, golpes e insultos de parte de su pareja, durante 11.7 años en promedio, recae entre los 26 y 35 años con una escolaridad de secundaria, reveló un informe de Puerta Violeta.
Cifras proporcionadas por la organización de la sociedad civil, que invierte 28 millones de pesos al año en las siete Puertas Violetas, evidenció el peligro de las mujeres de entre 26 y 35 años, que suman el 35.3 por ciento del promedio de las edades, al convivir con su agresor.
Entre los tipos de violencia que Puerta Violeta registró destaca la psicológica con el 100 por ciento que consiste en agotar a la mujer con insultos y humillaciones; 55.69 por ciento recibió golpes por parte de su pareja; 47.21 por ciento tuvo pleitos porque el cónyuge se negó a darle dinero; 33.69 por ciento tuvo que irse de casa sin documentos y 20.46 por ciento fue víctima de abuso sexual.
De las mujeres atendidas en 2020 por todo el personal de la organización, destaca que 37 por ciento concluyó sus estudios hasta la secundaria; 12.60 por ciento la preparatoria; 11.43 por ciento la universidad y solo el 0.75 por ciento y el 0.05 por ciento corresponde a grado de maestría y doctorado, respectivamente.
Érika Valdez Tovar, psicóloga de Alternativas Pacíficas por más de 12 años, explicó que algunas mujeres se quedan en una postura sumisa de no hablar con la esperanza de que la situación mejore porque algunas madres les aconsejan: “Aguántalo, hija, espérate, sí cambian”.
“La manera en cómo solucionamos los conflictos es a través gritos, enojos, insultar a las personas, esa es la forma que viene de generación en generación, lo ideal que pueden hacer es preguntar afuera, no a la familia, ni a los vecinos porque luego pueden decir que están en los laureles porque no las golpean y a la otra sí, entramos en una comparación”, expuso Valdez Tovar.
El chantaje emocional es muy importante para que sea tratado, por lo que recomendó acercarse a Puerta Violeta sin la necesidad de que tome una decisión apresurada que podría afectar, principalmente sus finanzas.
Aunque 45.10 por ciento del perfil de la víctima es ama de casa, 30.75 por ciento tiene un trabajo en una oficina, veterinaria o tiendas departamentales y 21.47 por ciento dijeron ser trabajadoras informales, ya sea dentro del comercio, trabajadoras del hogar, mercados, negocios propios, al tiempo que 2.66 por ciento correspondió a estudiantes de cualquier grado académico.
El desistimiento de la denuncia se presenta porque la madre de familia se ve obligada a tomar decisiones financieras como, por ejemplo, pagar la preparatoria de un hijo porque hay una solvencia económica o costear los pasajes hacia Puerta Violeta.
Valdez Tovar dijo que para los hombres es perfecto que las mujeres, cuando son víctimas de violencia, se queden calladas a raíz de una desinformación por la falta de conocimientos y procesos que podrían seguir al momento de tomar decisiones judiciales.
Alertó que a las instalaciones de Puerta Violeta del centro de Monterrey han llegando adolescentes con un grado de abuso sexual que sufrieron durante la infancia y hasta los 16 años, representando 6.85 por ciento.
“Son niños y niñas que vivieron esto, lo siguen viviendo, pero como ahorita ya son adolescentes ya lo pueden hablar y decir, en este año”, explicó.