Custodiado por media decena de ayudantes y en menos de 10 minutos, Napoléon Gómez Urrutia reapareció ayer en México para registrarse como senador, luego de 12 años de ausencia tras refugiarse en Canadá acusado de sustraer recursos del sindicato minero.
A punto de contar con fuero, una vez que rinda protesta mañana ante el pleno, dijo estar feliz de regresar y que llega para ayudar a reconstruir el país, a cambiar la política económica y “para que realmente logremos terminar con la desigualdad, con la pobreza y contribuir a eliminar la corrupción”.
Según legisladores consultados, el líder minero llegó el domingo y se hospedó en un hotel cerca del Senado, donde ingresó de manera discreta y sin muestras de apoyo de los trabajadores mineros, como tenía previsto el gremio.
Aunque Gómez Urrutia declaró en días recientes que lo haría “por la puerta grande”, ayer ingresó por el estacionamiento de la Calle de París, tomó el elevador asignado a los legisladores frente a la Mesa Directiva y se dirigió al “salón de los pasos perdidos”, donde imprimió una a una sus huellas, se tomó la fotografía.
Ahí leyó la comunicación que le entregó el área de Servicios Parlamentarios para mantener sus datos resguardados por la Ley de Protección de Datos Personales.
Cerca de la 5 de la tarde, apareció ante la prensa para mostrar su constancia de registro y mostrar la credencial temporal que acredita a los nuevos senadores como integrantes de la 64 legislatura y anunció que el jueves ofrecerá una conferencia, por lo que no respondió preguntas.
El líder minero estuvo resguardado por al menos cinco acompañantes que incluso permanecieron dentro del salón donde se registran los senadores, donde por reserva de los datos solo ingresa el personal de Servicios Parlamentarios.
Hasta el cierre, el Senado llevaba registrados 105 senadores electos, de los cuales una docena ha preferido pasar desapercibido, como los panistas Josefina Vázquez Mota y Rafael Moreno Valle, quienes hicieron su registro sin atender a la prensa.
Ayer acudió Miguel Ángel Mancera, próximo coordinador de los ocho integrantes del PRD, así como Xóchitl Gálvez, quien defendió la designación de Damián Zepeda contra las críticas que se acrecentaron ayer.
Gustavo Madero reiteró que cuidará al PAN, pero será un senador libre, mientras Ernesto Cordero refrendó que peleará su registro en el partido y señaló que la designación de Zepeda refleja que “tristemente” están divididos. “Para aspirar a un cargo de representación popular tenías que ser muy cercano a Ricardo Anaya”.
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