Roberto Vélez, director ejecutivo del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), dijo que debido a los roles de género tradicionales que prevalecen en México, el libro "Millenials en América Latina y el Caribe, ¿Trabajar o estudiar?", llegó a la conclusión de que la condición de "nini" tiene rostro de mujer, especialmente en el grupo de edad de 19 a 24 años.
Asimismo, refirió que el programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro, es bienvenido, porque va dirigido a la población que no estudia y no trabaja.
"Luego de tres años en que se realizaron encuestas y entrevistas, obtuvimos que 40 por ciento de las mujeres no estudia y no trabaja, en comparación con el 8 por ciento de la población masculina de este mismo grupo de edad", aseguró.
Durante la presentación de este texto elaborado junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Espacio Público y el Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo (IDRC-Canadá), expuso que las mujeres ya están trabajando más horas, aunque su labor es en el hogar y no es remunerado.
"Ellas dedican casi el doble de tiempo que los demás jóvenes a cuidar a sus hijos, a familiares y a realizar labores domésticas".
En ese sentido, subrayó que los jóvenes mexicanos denominados "ninis", no son ociosos y tienen menos oportunidades que los demás porque crecieron en hogares donde los padres experimentaron una menor movilidad social ascendente, en comparación con los padres de los jóvenes en los otros grupos.
Señaló que el análisis respecto de México, acaba con la idea de que este grupo de la sociedad son ociosos o flojos.
"La encuesta de jóvenes entre 15 y 24 años en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, y que se complementó con una entrevista al adulto responsable del hogar del joven entrevistado, permitió conocer que los jóvenes que no estudian y no trabajan dedican buena parte de su tiempo al trabajo no remunerado como el cuidado de otras personas donde la población 'nini' le dedica casi 70 por ciento más de tiempo que los demás, y las labores domésticas donde reportaron el doble de horas para esa actividad".
Ante ello, Vélez Grajales hizo un llamado al gobierno federal para que se garantice la igualdad de oportunidades de todos los jóvenes considerando que las dificultades que enfrentan para tomar decisiones sobre su trayectoria laboral y académica no se resuelven únicamente en el ámbito individual.
"Es bienvenido el nuevo programa del gobierno federal, Jóvenes Construyendo el Futuro, en donde se beneficiará a 2.6 millones de jóvenes entre 18 y 29 años de edad con 300 mil becas de 2 mil 400 pesos mensuales para jóvenes de bajos recursos que quieran realizar estudios universitarios, así como 2.3 millones de becas de 3 mil 600 pesos al mes para aquellos que se vinculará con centros de trabajo en donde recibirán capacitación y tutoría".
En ese tenor, el CEEY identifica ocho áreas de oportunidad para el programa, como lo es atender la desigualdad de género, ya que los desafíos que enfrentan los varones y las mujeres de este grupo de jóvenes son diferentes.
También blindar la operación del programa, lo que implica implementarlo de manera gradual con una fuerte inversión en la plataforma digital; proveer puertas de salida, fortaleciendo al Sistema Nacional de Empleo (SNE) y al Instituto Nacional de la Juventud (ONJUVE), para que los jóvenes beneficiarios pueden luego insertarse al mercado laboral.
Además, limitar riesgos, como la simulación y el bajo impacto, lo que puede suceder si la capacitación se realiza en empresas informales, pequeñas o poco productivas; no restringir el acceso al programa de los jóvenes que ya trabajan pero no están siendo capacitados, ya que ellos podrían beneficiarse considerablemente; ampliar, eventualmente, las modalidades del programa para contribuir a la inclusión social en el trabajo en los ámbitos rural, alta marginación, mayores de 45 años y personas con discapacidad.
Asimismo, aprovechar la experiencia y lecciones que dejaron programas de formación y capacitación anteriores, en el país y en el extranjero; y adoptar un enfoque de movilidad social, esto es, articular el programa con otras políticas públicas que igualen las oportunidades entre los mexicanos a lo largo de todo el ciclo de vida.
Por ello, Alejandro Encinas Nájera, coordinador de asesores de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, María Alcalde, mencionó el propósito de Jóvenes Construyendo el Futuro, es inclusión.
"Se trata de un programa de inclusión que utiliza la capacitación laboral como el instrumento para lograrlo".
En cuanto a las observaciones del CEEY, dijo que todas son propositivas y servirán para robustecer el programa.
"Con este se reducirán las brechas de género en participación laboral y remuneración, se blindará el programa para que las empresas no se preste a ser subsidio al empleo y empleadores lo utilicen para sustituir trabajo formal por trabajo de capacitación".
Agregó que se habla mucho de los "superdelegados", pero no se logrado entender por completo, porque el propósito de estas figuras es que exista un gobierno presente en el territorio, que las personas puedan asistir sin intermediación a las ventanillas únicas a registrarse a uno de los 25 programas sociales", concluyó.