No estamos armados por gusto, sino por 'narcoayuntamiento': autodefensas en Pantelhó

Reportaje

Civiles armados del grupo El Machete tienen control del municipio chiapaneco desde el pasado 26 de julio, tras desterrar al alcalde en funciones y al electo; reclaman inoperancia de las autoridades para frenar la violencia

Integrantes vigilan desde las montañas el poblado, que ha sido abandonado por varios de sus habitantes. Jorge Carballo
Jorge Martínez
Chiapas /

Desde lo alto de las montañas que rodean al municipio de Pantelhó, Chiapas, un grupo de hombres armados vigila el área para impedir el tránsito de sicarios integrantes de Los Herrera.

Los autodefensas, que se hacen llamar El Machete, visten ropas camufladas, cubren sus rostros con pasamontañas, otros llevan lentes oscuros y unos cuantos usan gorras para proteger su identidad.

Entre las plantas de café sembradas en las faldas de las montañas se asoman los cañones de los rifles AR-15 y las escopetas que cargan los civiles para defenderse de los narcos.

Para llegar a la zona de dominio de El Machete es necesario solicitar permiso al consejo de Pantelhó; una vez aprobado el ingreso, los “forasteros” son escoltados por la policía municipal hasta los territorios de los grupos de autodefensa.

Al llegar al punto, lo primero que capta la atención del visitante es un camión de volteo repleto de balazos, lo que confirma el nivel de violencia que vive la zona.

“Esto no es por gusto o porque queramos traer armas, es por el narcoayuntamiento que hay aquí. Cuando inició fue porque echaban veneno a cada fuente de agua, a cada pozo; la gente está amenazada, no quieren decir nada, los narcos se pasean en carro con armas de fuego”, narró un integrante de El Machete.

El grupo de autodefensa tomó control de la seguridad de Pantelhó el 26 de julio, tras desterrar al alcalde en funciones y al electo, quemar más de 10 fincas, el ayuntamiento y retener a 21 supuestos integrantes de la organización criminal Los Herrera, cuyo paradero es aún desconocido.

Ese día, más de 3 mil habitantes de dicho municipio enclavado en los altos de Chiapas huyeron de sus hogares por la violencia.

El inicio de la crisis

El narcotráfico llegó a la localidad de Pantelhó hace 20 años, cuando Austreberto Herrera impuso su ley asesinando a todo aquel que se opusiera a sus actividades criminales: venta de droga, armas y tráfico de personas a Estados Unidos.

Dicho delincuente fue detenido en 2019; sin embargo, desde el penal El Amate siguió operando con la ayuda de sus hijos Dayli de los Santos —aprehendido en octubre pasado por el presunto asesinato del fiscal indígena Gregorio Pérez Gómez— y Rubén Estanislao.

Pero la gota que derramó el vaso fue el homicidio del activista indígena Enrique Pérez Pérez el 5 de julio de 2021.

Ese día los habitantes de los 86 poblados que integran Pantelhó aprobaron la creación de El Machete, grupo de autodefensa conformado en su mayoría por agricultores cafetaleros.

Tras la incursión de los autodefensas a Pantelhó se desactivaron varios artefactos explosivos elaborados por los narcotraficantes de forma artesanal.

Sin embargo, la violencia no ha dado tregua con el surgimiento de El Machete y el asesinato de Enrique Pérez Pérez.

El 8 de julio, sicarios de Los Arriaga emboscaron a militares y elementos de la Guardia Nacional en el ingreso al municipio; la refriega dejó un saldo de nueve uniformados heridos.

“Aquí en el estado de Chiapas ya existen cuatro grupos de autodefensas. ¿Quién es el culpable? El gobierno, que no atiende nuestra petición, por eso se andan formando los cuatro grupos de autodefensa en Chiapas”, reclamó un integrante de dichas fuerzas.

Autoridades federales instalaron un puesto de control militar en Pantelhó para reforzar la vigilancia y con ello evitar nuevas incursiones de narcotraficantes, lo que permitió el retorno a sus hogares de las familias desplazadas por la violencia.

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