Los nuevos camiones que forman parte del sistema de transporte Ecovía, si bien es cierto que son más cómodos, siguen siendo insuficiente el número de unidades que se requiere para atender la alta demanda de usuarios.
En un recorrido realizado por MILENIO se constató que las unidades de transporte que el gobierno de Nuevo León compró en agosto pasado ya están operando, pero en horas pico resulta insuficiente el número de unidades en circulación.
El gobierno del estado se había comprometido a comprar y poner en circulación nuevas unidades para que los usuarios no batallaran, pero de 80 unidades que adquirieron el mes pasado dieron de baja 74 camiones Hyundai que estaban en circulación, así que el problema para mejorar el servicio no se resolvió.
Las nuevas unidades procedentes de China son más amplias y traen sistema de wifi, pero dentro de los camiones no está habilitado, solo en las estaciones.
Las unidades integran puertos USB para carga del celular y vienen climatizados, pero el aire acondicionado no es usado, lo que se convierte en un problema para los usuarios que viajan diario con temperaturas de 36 grados centígrados, las cuales predominan en esta metrópoli.
Otro elemento que no se logró solucionar con estas nuevas unidades son los pasamanos, los cuales están muy altos. Las personas batallan para agarrarse si les toca viajar de pie.
Usuarios entrevistados coincidieron en señalar que estas unidades son más cómodas y espaciosas, pero en horas pico se tardan mucho en pasar y van muy llenas.
Respecto al costo del pasaje, éste sigue siendo 15.00 pesos por viaje; sin embargo, el problema recae en los cajeros, los cuales frecuentemente no funcionan o bien el usuario tiene que traer el importe exacto, ya que las máquinas no regresan el cambio.
Aun cuando las especificaciones son de seis pasajeros por metro cuadrado, los asientos son muy angostos y las personas van prácticamente pegadas.
Durante el recorrido también se pudo constatar la falta de mantenimiento en los carriles para el uso de la Ecovía y las delimitaciones de carriles ya inexistentes, lo que provoca que los ciclistas, peatones e incluso autos invadan los carriles de la Ecovía.