La construcción de la Terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) comenzó en 2005 sin contar con estudios de mecánica de suelo, que eran cruciales para la obra.
Reportes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que en ese tiempo revisó el levantamiento de la cimentación profunda de los edificios que conforman la terminal aérea, revelan numerosas irregularidades.
Debido a ello, en 2020 el gobierno federal ordenó la elaboración de estudios de preinversión de daños estructurales en las terminales 1 y 2 con un presupuesto de más de 166 millones de pesos.
Esos estudios determinaron que la Terminal 1 presenta desniveles y deslizamientos hacia las pistas del aeropuerto, como resultado de los asentamientos diferenciales en cimentaciones poco profundas ocasionadas por el depósito compresible de suelo, mientras que la Terminal 2, que fue construida por medio de dos sistemas diferentes de cimentación, sufre de importantes hundimientos diferenciales entre las estructuras de los edificios.
Sin embargo, desde su construcción han existido focos rojos que fueron advertidos en los informes de la ASF.
Uno de los reportes más graves de la ASF revela que una de las empresas contratadas para los trabajos preliminares de la cimentación realizó solo cinco de los 19 sondeos que debió efectuar en el suelo sobre el que se desarrolló la obra.
En el informe de la auditoría número 389 de la Cuenta Pública 2006, la ASF identificó que Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), la institución responsable de la obra, no verificó que la empresa TGC Geotecnia SA de CV, encargada de la elaboración de los estudios de mecánica de suelos, realizara los 19 sondeos de exploración requeridos en las áreas sobre las que se edificaron cuatro cuerpos de la Terminal 2.
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Estos sondeos debieron realizarse en el terreno que ocupan los edificios Dedo Norte y Dedo Sur —que son los edificios desde donde se controlan los vuelos de llegada y salida—, el Edificio Terminal y el Estacionamiento cubierto.
La compañía solo efectuó cinco sondeos en el suelo de los edificios Terminal, Estacionamiento Cubierto y Patio Hotel.
ASA tampoco revisó que la empresa realizara las pruebas de laboratorio para determinar las características geomecánicas del subsuelo, utilizando los resultados de muestras de suelo que no se colectaron en el área que ocupan los edificios y para los diseños geotécnicos de los edificios, que son datos preliminares que debieron ser obtenidos de los sondeos en el área que ocupan estos edificios.
Según el reporte de la ASF, estas omisiones contravinieron disposiciones de las Normas Técnicas Complementarias para Diseño y Construcción de Cimentaciones del Reglamento de Construcciones para el Distrito Federal y también fueron contrarias al instructivo para efectuar las Pruebas en Materiales de Pavimentación, de la Dirección General de Servicios Técnicos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Además, que la obra inició sin la manifestación de construcción respectiva y que ASA fraccionó indebidamente el proyecto de la Terminal 2 y contrató inicialmente la cimentación del conjunto, posteriormente la estructura metálica de los edificios y finalmente los acabados, por lo que la obra se ejecutó en partes, lo que contravino la Ley de Obras Públicas.
Eso ocasionó que la obra no contara con los estudios y proyectos, especificaciones de construcción, normas de calidad y el programa de ejecución totalmente terminados antes de iniciar los trabajos.
Ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que su gobierno analiza reconstruir o apuntalar el edificio de la Terminal 2 ante lo que llamó una “falla estructural grave” y para evitar que se derrumbe.
En la conferencia mañanera, adelantó que va a solicitar a los técnicos de su administración que revisen la posibilidad de apuntalar la Terminal 2, que presenta hundimientos que ponen en riesgo la seguridad de los usuarios.
Informó que en una semana recibirá un diagnóstico realizado por el Instituto de Ingeniería de la UNAM sobre las condiciones estructurales de la Terminal 2.