Habitantes de una decena de comunidades aledañas al río La Antigua, detuvieron el proyecto de construir una presa pactado entre Javier Duarte de Ochoa y la empresa Odebrecht, como presunto pago del ex mandatario de Veracruz a la compañía brasileña por haberle aportado medio millón de dólares a su campaña por la gubernatura.
De acuerdo con indagatorias ministeriales estatales, que aún están en proceso, la relación entre la empresa brasileña y el ex priista preso en el Reclusorio Norte data desde el proceso electoral de 2010 cuando se renovó la gubernatura de Veracruz.
Ex directivos de Odebrecht declararon haber aportado 500 mil dólares a la campaña del entonces candidato del PRI, favorito para ganar dicha elección, lo cual ocurrió a la postre.
Las reuniones Duarte y Odebrecht
En agosto de 2011, Duarte de Ochoa viajó a Sao Paulo para reunirse con Marcelo Odebrecht, presidente de la empresa brasileña; encuentro que se replicó un par de meses después, ahora en Veracruz.
Un par de años más tarde, el gobernador Duarte de Ochoa presentó el Proyecto de Propósitos Múltiples Xalapa, mediante el cual quiso ceder los derechos del Río La Antigua a Odebrecht.
De acuerdo con la fiscalía estatal, esta obra sería uno de los pagos de Duarte de Ochoa a la empresa brasileña por haberlo apoyado financieramente en su campaña a gobernador, aunque al final no se concretó por la oposición de los habitantes que se sintieron afectados por la construcción de una presa.
Para este proyecto se creó una sociedad pública-privada, cuya inversión sería de 7 mil 500 millones de pesos, de los cuales 72 por ciento aportaría la empresa brasileña y el resto, correspondiente a 355 millones de pesos, el gobierno de Duarte.
Para concretar este proyecto, Odebrecht obtuvo dos permisos en octubre de 2013 para generar electricidad por parte de la Comisión Reguladora de Energía.
La intención era que la empresa brasileña construyera una presa y una hidroeléctrica para abastecer, sin necesitarlo, agua y electricidad a la capital del estado.
Todo esto, a costa de más de 21 comunidades aledañas que dependen del agua del río: la mayoría vive del ecoturismo, el resto son campesinos y pescadores.
A Duarte de Ochoa no le importó que el río La Antigua cuenta, desde 1935, con una veda emitida por el presidente Lázaro Cárdenas para no ser alterado.
El proyecto detalla la construcción de una cortina de 100 metros de altura y 700 metros de longitud que almacenaría 135 millones de metros cúbicos de agua, los cuales serían bombeados y conducidos en un acueducto de 42 kilómetros a Xalapa.
La intención era que la sociedad gobierno de Veracruz-Odebrecht operara los sistemas relacionados con la presa durante 25 años.
Así los habitantes se opusieron a la presa
Pero este proyecto no se pudo concretar porque habitantes de al menos una decena de municipios aledaños al río La Antigua se opusieron a esta construcción desde que comenzaron a percatarse del ingreso de maquinaria en 2010.
En octubre de 2013, el rechazo a este proyecto escaló: en una reunión realizada en el municipio de Jalcomulco, a casi una hora de distancia de Xalapa, la autoridad estatal le confirmó a los pobladores la intención de llevar a cabo dicha obra.
Unos meses después, los comuneros, ahora ya constituidos como los Pueblos Unidos de la Cuenca Antigua por los Ríos Libres, decidieron que se plantarían de forma permanente a pie de la carretera, a la orilla del río, a la altura de la población conocida como Tamarindos.
Más de seis años después, el campamento se mantiene. Por la contingencia sanitaria los habitantes han tenido que regresar casa, pero aseguraron a MILENIO que mantendrán sus barricadas.
De acuerdo con los pobladores, el actual gobierno de Cuitláhuac García les ha dicho que no dará ningún permiso para llevar a cabo el proyecto, pero le han solicitado una reunión y no la ha aceptado por eso no bajan la guardia.
“Jamás dejaremos que construyan esa presa”, exclamaron.
jlmr