A un año de la explosión de la toma clandestina en el municipio de Tlahuelilpan, que dejó 137 personas sin vida, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) dio a conocer la manera en que 17 personas fallecidas fueron identificadas a través de los peritajes de odontología forense de un estudio de 52 cadáveres.
Yazmín García Escobar, perito en el Área de Odontología Forense de la Procuraduría, señaló que se realizaron estudios odontológicos de los elementos dentales y restaurativos de los restos de las personas.
Explicó que los trabajos realizados por el Área de Odontología Forense se llevaron a cabo en tres etapas.
Indicó que la primera de ellas fue realizar 52 entrevistas antemortem a todos los familiares –papás, mamás, hermanos e hijos– de las personas que en ese momento se catalogaron como no localizados.
“En esas entrevistas se recabó información sobre datos generales que fueran útiles para dar con la identidad de las personas como el hecho de si tenían algún antecedente médico, alguna cicatriz, alguna particularidad dental, si les faltaba una pieza dental, su alineación o alguna otra que fuera útil para identificarlos al momento de su localización”, precisó.
Mencionó que en la segunda etapa a los restos de las 52 personas se les llevó a cabo un análisis odontológico, el cual consistió en determinar las características fueran individuales como el contar con alguna restauración, algún tratamiento o alguna particularidad importante para la identidad de este tipo.
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Puntualizó que en la tercera etapa se llevó a cabo un dictamen único de identificación. “Odontología vertió su información sobre lo recolectado, el análisis resultante de los cadáveres para poder unificar criterios con las demás áreas y poder determinar la identidad meramente de las personas”, explicó.
Agregó que todo lo referente a identificación humana siempre se trabaja mediante el método comparativo, “entonces el cotejo se realizó entre la información recolectada a los familiares en la etapa inicial con los resultantes del análisis odontológico y de las demás áreas de identificación y al momento de encontrar coincidencias pudimos determinar cuáles restos pertenecían a la persona que nos habían reportado como no localizada”.
García Escobar subrayó que el dictamen único de identificación recolectó los datos conclusivos de cada una de las áreas de peritaje como criminalística, odontología, medicina y genética para llegar a una conclusión de qué personas se estaba identificando.
“Nosotros vertimos nuestra información, que vertida con la de las demás áreas nos daba una conclusión única de la identidad de la persona”. Mencionó que de los 52 restos analizados, 17 fueron identificados a través de los peritajes de odontología y el resto se identificó a través de los análisis genéticos.
“La identificación odontológica es una de las pruebas periciales que dentro de los protocolos tanto nacionales como internacionales están consideradas como un alto grado de certeza en cuestiones de identidad humana, es una de las pruebas más fuertes sobre todo para casos particularmente de cadáveres en este estado de carbonización que se emplean para poder establecer la identidad”, refirió.
Finalmente, reconoció que fue complicado el trabajo de identificación a través del Área de Odontología Forense debido a que algunos cuerpos estaban en un estado de degradación muy elevado.
“Entonces en muchas ocasiones los datos no se podían obtener al cien por ciento, teníamos tal vez algunos, pero no eran totalmente lo que nosotros buscábamos obtener porque ya no estaban completos, porque algunas piezas estaban fracturadas, pero cuando nosotros ya no podíamos arribar a otro dato entraba en función el área de genética que es un resultado aceptable que no tiene margen de error”, concluyó.