La propuesta de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, de surtir de gas a México es una “ocurrencia” que viola el embargo que Estados Unidos le impuso a esa nación sudamericana y que no cuenta con sustento en infraestructura, advirtieron expertos.
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Este viernes el presidente venezolano, Nicolás Maduro, ofreció surtir de gas natural a México a fin de superar las carencias que provocó la interrupción del suministro por parte de Texas.
“Viendo los planes de producción de gas, deberíamos proponernos ser seguros suministradores de gas a México para su eficiencia energética”, afirmó el mandatario durante un encuentro en la sede de Petróleos de Venezuela.
El lunes al menos cuatro estados del norte de México (Nuevo León, Coahuila, Chihuahua y Tamaulipas) sufrieron la suspensión del servicio eléctrico por horas.
Al día siguiente, autoridades argumentaron que esa situación se debía al limitado flujo del combustible proveniente de Texas provocado por las bajas temperaturas y advirtieron de apagones programados en más entidades.
Al respecto, Maduro propuso ayer que “una de las metas nuevas” para la industria petrolera venezolana sea “hacer una alianza estratégica” con México.
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“He visto el tema de suministro de gas y el esfuerzo que está haciendo el presidente (Andrés Manuel) López Obrador para resolverlo, ahora agravado con las nevadas en Texas que han dejado en situación difícil tanto a Texas como al territorio mexicano”, subrayó.
OBSTÁCULOS
Ante esta propuesta, expertos consideraron que aunque podría ser interesante, Estados Unidos tiene impuestas sanciones contra el país sudamericano, que alcanzan a todos aquellos que realicen negocios con esa nación.
Además, México cuenta con poca capacidad para recibir gas natural licuado, debido a que solo tiene dos terminales disponibles: una en Manzanillo, Colima, y otra en Altamira, Tamaulipas.
En opinión de Ramsés Pech, socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects, la declaración de Maduro es una ocurrencia, ya que se requieren cuando menos unos 15 a 20 buques por semana de gas natural licuado.
“Los puertos no tendrían capacidad para poder descargar. Si con gasolina y diésel nos cuesta, imagina si no tenemos para invertir en nueva estructura mucho menos en ampliar la actual”, explicó a MILENIO.
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En abril del año pasado por lo menos 15 buques estuvieron esperando en el Golfo de México para descargar gasolina.
Pech también recordó que Estados Unidos mantiene sanciones económicas a aquellas naciones que establezcan acuerdos petroleros con Venezuela, por lo que de contravenir esto el país estará en riesgo de ir contra los intereses de su principal socio comercial.
El año pasado, la administración del aún presidente Donald Trump impuso sanciones contra dos compañías y tres personas de México involucradas en el comercio de petróleo venezolano.
Para el presidente de la Asociación Mexicana de Gas Natural Vehicular, Andrés Bayona, el problema es que el almacenamiento en México no cubre más de 4 o 5 por ciento del consumo nacional.
Este viernes llegó a México el primero de al menos cuatro cargamentos de gas natural licuado comprados de emergencia. Se trata del buque cisterna Flex Courageous, cargado con 162 mil 850 metros cúbicos de combustible estadunidense, que atracó en la terminal de Manzanillo.
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Además, en el puerto de Altamira se esperaba el arribo del tanquero Seri Balhaf, también procedente de Estados Unidos, con unos 151 mil 300 metros cúbicos de gas.
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REFORMA ELÉCTRICA AVANZA EN COMISIÓN
Con 22 votos a favor y diez en contra, la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados aprobó en sesión semipresencial el proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador de reformas a la Ley de la Industria Eléctrica que, entre otros aspectos, prevé dar prioridad a la CFE sobre los generadores privados para “alimentar” el sistema eléctrico nacional. Avalado por la mayoría parlamentaria de Morena, PT y PES, con los votos de PAN, PRI, MC, PRD y PVEM en contra, el dictamen fue turnado a la Mesa Directiva para ser discutido y votado en el pleno el martes 23 de febrero.