Crisis de opioides en Ohio, sin atención adecuada por legislación restrictiva

La directora del Servicio Forense de Franklin en Ohio reveló a MILENIO que hay muy pocos programas en el estado y los existentes sólo se imparten dos días a la semana o están en zonas de difícil acceso.

La crisis de opioides es una de las principales problemáticas de Ohio | Foto/AP
Liliana Padilla
Ciudad de México /

Anahí Ortiz, directora del Servicio Forense de Franklin en el estado norteamericano de Ohio, admitió que la crisis de opioides que se vive en aquel país y que tiene a esa ciudad en el primer lugar nacional en muertes por sobredosis, no se ha combatido lo suficiente, debido a una legislación conservadora y restrictiva en la atención a adicciones.

"Aquí no les gustan, hay muy pocos programas en Ohio, tenemos uno en Columbus pero es muy restrictivo. Se lleva a cabo sólo dos días a la semana durante unas cuantas horas y sólo está en dos ubicaciones, a una de ellas no es tan sencillo llegar, por lo que creo que debería haber formas creativas y un mayor criterio para atenderlo”, señaló en entrevista con MILENIO.

Esta semana el Instituto de Abuso de Drogas de Estados Unidos admitió la "crisis nacional" de opioides que enfrenta, al revelar que diariamente mueren 90 norteamericanos por sobredosis de sustancias ilegales.

Además, reveló que la "crisis nacional" de opioides cuesta 78 mil 500 millones de dólares anuales e incluye los costos de atención médica, la pérdida de productividad, el tratamiento de la adicción y los costos de intervención de la justicia penal.

MILENIO reveló en octubre pasado que Columbus, la capital del estado de Ohio, es el epicentro de la crisis de opioides. En esa ciudad al noreste norteamericano, tan sólo en un fin de semana llegan a morir hasta 20 personas a consecuencia de sobredosis de fentanilo, abarrotando así la morgue de una ciudad de apenas 1.3 millones de habitantes.

La mayoría de los muertos son hombres caucásicos de entre 25 y 50 años que consumen droga barata que en grandes cantidades llega desde China y la India y es traficada por los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.

Una inyección o una pastilla que se disuelve en la boca, puede llegar a producir un paro respiratorio. El fentanilo o las happy pills como se les conoce a las pastillas controladas bajo prescripción médica, tienen una potencia 100 veces mayor que la morfina. Sin embargo, el fentanilo que se comercializa en las calles o entrega a domicilio, puede causar daños permanentes al cerebro después de experimentar una sensación de felicidad extrema.

De acuerdo con el Instituto de Abuso de Drogas, hacia fines de la década de 1990, las compañías farmacéuticas tranquilizaron a la comunidad médica y volvieron a asegurar que los analgésicos opioides recetados no crearían adicción en los pacientes y comenzó a ser recetado con más frecuencia.

Sin embargo, 20 años después el consumo de fentanilo ilegal encendió las alarmas. Las sobredosis de opioides comenzaron a aumentar. En el 2015, más de 33 mil estadunidenses murieron como resultado de una sobredosis de opioides, incluidos los que fueron recetados para combatir el dolor, al ser casi 100 veces más fuerte que la morfina.

De acuerdo con las cifras dadas a conocer, aproximadamente entre el 21 y el 29 por ciento de los pacientes a quienes se les recetan opioides para tratar el dolor crónico los usan en forma inapropiada, además de que entre el 8 y el 12 por ciento de las personas que usan algún opioide para el dolor crónico desarrollan algún tipo de trastorno.

FS

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