Las mujeres de zonas rurales representan más del 40 por ciento de fuerza del trabajo agropecuario, pero muy pocas de ellas reciben ganancias y sólo 3 de cada 10 personas con un certificado parcelario son mujeres, según estadísticas de la International Labour Organization (OIT).
Además, la Project Manager de Pro Mujer, Liliana Zaragoza, explicó que en el caso de la mayoría de las mujeres que sí trabajan su tierra, el título de propiedad está a nombre de sus esposos hijos, hermanos o padres.
“Esta situación persiste porque estas comunidades siguen arraigadas a normas sociales indígenas y rurales, donde hay machismo, misoginia y estructuras patriarcales que no les permite a las mujeres participar de la misma manera que a los hombres”.
En este marco, la empresa social Pro Mujer ha buscado apoyar a las mujeres rurales que enfrentan problemáticas de desigualdad, con el fin de facilitarles el acceso al mercado laboral y percibir ingresos en un entorno que lo impide.
Tras el acuerdo formalizado el pasado mes de julio con el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), para invertir en herramientas de empoderamiento y programas de formación gratuitos, la institución ya se encuentra impartiendo programas de acompañamiento en el desarrollo en emprendimientos de mujeres en zonas rurales.
Mediante su plataforma virtual, Emprende Pro Mujer, logró acceder a zonas que a las instituciones es difícil llegar por su alta marginalidad, ayudándoles a las mujeres a poner en práctica algunas de las prácticas empresariales más importantes en la actualidad.
Con esto, la empresa comienza a ver cambios positivos en las zonas visitadas, reportando un impacto en más de 18 mil mujeres, de quienes un 75 por ciento incrementaron su índice de venta, y un 42 por ciento mejoró sus habilidades financieras.
LG