México refrendó su compromiso con el derecho internacional humanitario durante la reunión del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como adelantó en exclusiva para MILENIO el embajador, Juan Ramón de la Fuente.
Durante su intervención, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, sostuvo que la asistencia humanitaria “no puede, ni debe ser rehén de consideraciones políticas, puesto que lo que está en juego es la vida y el bienestar de las personas”.
En ese sentido, el canciller insistió que la labor que desempeña el personal humanitario a nivel mundial, especialmente en zonas de conflicto, es vital para que millones de personas atrapadas en situaciones como esas reciban asistencia médica, alimentaria y psicosocial.
“Su trabajo no sólo es admirable sino necesario -diría yo, indispensable- para la construcción de la paz. Por tanto, asegurar el acceso humanitario, sin obstáculos, es fundamental. Esto se ha hecho aún más evidente durante la actual pandemia, que no ha concluido”, abundó, durante la sesión presencial celebrada este viernes en Nueva York.
Durante el cónclave del Consejo de Seguridad celebrado bajo el nombre “Protección de civiles en conflictos armados: preservar el espacio humanitario”, que fue convocado por Francia en su calidad de presidente del órgano durante julio, Ebrard también se pronunció sobre el terrorismo y el efecto que tienen las sanciones y medidas contra éste en la acción humanitaria.
“Es claro que estas medidas tienen un impacto negativo en el otorgamiento de la asistencia humanitaria. Resulta, entonces, indispensable conocer con mayor detalle el alcance de las sanciones, especialmente en lo que se refiere a las consecuencias no deseadas”, explicó.
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Puso como ejemplo que las instituciones financieras que proveen servicios a organizaciones humanitarias, y que operan en países considerados como de riesgo, evitan prestarlos para no ser sujetos directos o indirectos de sanciones, con lo cual se afectan directamente sus operaciones, así como la población que más necesita de sus servicios.
En otros casos, los actores humanitarios enfrentan restricciones de importación de artículos necesarios para realizar sus funciones, incluso, hay riesgo de multas o criminalización. Estas posibles consecuencias tienen el llamado efecto desalentador, e inhiben la acción humanitaria, recalcó.
Por ello, consideró que resulta primordial tomar medidas para mitigar estos impactos y continuar avanzando para que las nuevas sanciones no afecten, de manera directa o indirecta, las operaciones de las organizaciones humanitarias.
En otro orden de ideas, México, en voz de su canciller, condenó enérgicamente que el personal médico y humanitario, así como la infraestructura y los servicios esenciales para la población civil, como lo son escuelas, hospitales o plantas de agua; sean blanco de intimidación y ataques deliberados por cualquier actor en cualquier circunstancia.
“Estas acciones son, sin lugar a dudas, violatorias del derecho internacional humanitario y representan crímenes de guerra, por lo que investigarlas y sancionarlas debe ser una prioridad para nosotros”, reiteró Ebrard.
Recordó que la protección para quienes no participan en las hostilidades de los conflictos armados es el principal objetivo del derecho internacional humanitario.
Lamentó que persistan los ataques contra el personal humanitario, pues apuntó que se ha registrado un incremento en regiones como Afganistán, donde trabajadores de desminado de la fundación Halo Trust, o en Tigray, han efectuado este tipo de acciones contra del personal de Médicos sin Fronteras.
LP