La secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena Ibarra, se pronunció porque la farmacovigilancia sea esencial para el cuidado de la sociedad y destacó la necesidad de construir una agenda regional que garantice, además de la salud, tener una sociedad del cuidado.
“Estamos muy comprometidos a que logremos una integración regional entre todos los países y entre todos los estados de la República, y que podamos realmente, formar una comunidad de salud que nos lleve esa sociedad del cuidado”.
Bárcena Ibarra recordó que, en 2021, en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) los 33 mandatarios de América Latina y el Caribe aprobaron un Plan de Autosuficiencia Sanitaria, cuyo objetivo es crear una plataforma regulatoria regional que permita avanzar hacia una agencia reguladora de medicamentos y dispositivos médicos de América Latina y el Caribe.
Al inaugurar el XVIII Encuentro Internacional de Farmacovigilancia de las Américas y la Reunión Nacional de Farmacovigilancia, el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela explicó que el desafío es tener acceso oportuno y equitativo a medicamentos eficaces, seguros y de calidad.
Por lo cual es necesario seguir avanzando hacia mecanismos que garanticen su disponibilidad como elemento indispensable del derecho a la salud, afirmó el secretario de Salud.
En la sede de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), enfatizó que el modelo hegemónico neoliberal no resolvió de manera satisfactoria el cómo, a quién, cuándo y dónde vigilar; esto provocó que la farmacovigilancia sólo se enfocara en el análisis de las reacciones adversas.
“La palabra farmacovigilancia invita a pensar en la vigilancia de los medicamentos, pero en su acepción más amplia también atiende el acceso inequitativo, la circulación en el mercado de productos farmacéuticos que no cumplen normas de calidad y la persistencia del uso inadecuado”.
XVIII Encuentro Internacional de Farmacovigilancia
Durante tres días del XVIII Encuentro Internacional de Farmacovigilancia, se abordarán las ventajas de la educación y capacitación continua, legitimidad social depositada en el personal médico, ganancias millonarias en el mercado de la salud, muertes evitables, error en la protección del paciente, buen consejo terapéutico, alteración de los precios y fecha de caducidad, inocuidad, publicidad, eficacia y, en resumen, confianza.
Alcocer Varela precisó que más allá de una lógica ordinaria, se propondrán e intercambiarán acciones educativas, administrativas y regulatorias para fortalecer la farmacovigilancia de nuestro país y de la región, en beneficio de la salud de los pueblos y no de las finanzas de unos cuantos.
El titular de la de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), Alejandro Svarch Pérez, expuso que la farmacovigilancia es una disciplina que antes del covid-19 se consideraba de carácter técnico y limitada a la investigación de reacciones adversas.
En la actualidad ha experimentado una gran transformación, de tal manera que se ha convertido en una práctica multidisciplinaria, que aborda la relación entre las personas y los medicamentos desde una perspectiva amplia e inclusiva, detalló.
“Es evidente que buscamos entender algo más que las reacciones dermatológicas o burbujas de ácido clorhídrico en el estómago después de consumir una pastilla. La vigilancia de medicamentos debe operar entendiendo aspectos como la automedicación, la percepción social de los fármacos, la conectividad, la relación entre éstos y la sociedad, y las particularidades culturales de nuestras comunidades”.
Svarch Pérez sostuvo que la vigilancia de medicamentos e insumos para la salud es una herramienta valiosa en los ámbitos científico y médico, y su impacto aumenta cuando se compromete plenamente con la sociedad.
“Si la farmacovigilancia no está cercana al paciente y fortalecida en sus procesos para captar y analizar la información con rigor, su labor de vigilancia y protección a la salud se pierde”.
El director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo Aburto, señaló que los esfuerzos realizados y aquellos resultantes de esta reunión deben estar encaminados a vencer adherencias a los tratamientos cuando ya hay nuevos esquemas y protocolos que pueden mejorar.
En su calidad de presidente de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), Zoé Robledo destacó el proceso de transformación en México con la creación del IMSS-Bienestar para tener una sola institución de atención médica con los mismos esquemas, condiciones laborales y posibilidad de atender a la población, sin distingo.
Señaló que la farmacovigilancia que ha desarrollado el IMSS debe ser una de las prioridades del IMSS-Bienestar:
“Esos anhelos revolucionarios que dieron nacimiento al IMSS deben continuar ahora con este ánimo de transformación: una transformación pacífica, ordenada, respetuosa”, que tienen que ver con la calidad en la vida de las personas y con la integración de toda la región.
Recordó que desde 2016 el IMSS se convirtió en el Centro Institucional Coordinador de Farmacovigilancia (CICFV), instancia encargada de coordinar mil 500 unidades en el primer y segundo nivel de atención, y 25 en las Unidades Médicas de Alta Especialidad (UMAE).
Desde el 8 de octubre de 2021 se creó la Coordinación de Calidad de Insumos y Laboratorios Especializados (CCILE), organismo que ha permitido definir mecanismos de evaluación y características que deben cumplir los insumos para la salud que utiliza el instituto en la vinculación entre el paciente y el medicamento que se utiliza.
El director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Jarbas Barbosa da Silva, reconoció el papel preponderante de la farmacovigilancia en las Américas, ya que la información sirve a los gobiernos de la región para la toma de medidas adecuadas en el análisis, adquisición y buen uso de insumos y medicamentos.
Durante la pandemia de covid-19, la infodemia fue un desafío adicional; sin embargo, la combinación de la vigilancia activa y pasiva permitió tomar mejores decisiones sobre la introducción y uso de nuevos medicamentos.
“La Cofepris de México y sus similares en ocho países hermanos también tuvieron un rol importante”.
Entrega del Reconocimientos durante el Encuentro
En el marco del evento, el Consejo de Salubridad General otorga Reconocimiento al Mérito Médico “Valentín Gómez Farías”. Este año correspondió al investigador del INSP, Mario Henry Rodríguez López.
Cantero Cortés detalló que el comité organizador decidió entregar menciones honoríficas a la especialista María de Lourdes Martínez Gómez por sus conocimientos y habilidades para mejorar la atención médica en zapoteco, y a José Sifuentes Osornio por sus investigaciones sobre tuberculosis.
Mario Henry Rodríguez López ha hecho aportaciones también al desarrollo de vacunas contra el dengue y la malaria, y en 2009 recibió el reconocimiento como Campeón contra el Paludismo en las Américas, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
MAT