Cheikh era ilegal; no lo es más. El Instituto Nacional de Migración le dio una visa humanitaria por un año, se instaló en Pachuca por unos días y piensa viajar a la Ciudad de México.
Es originario de Senegal, tiene 31 años y mide poco más dos metros de altura. De su país viajó a Brasil, luego a Guatemala y por ahí ingresó a México como indocumentado.
Cheikh cuenta que está aquí de visita y para conocer amigos, lleva en Pachuca cinco días, ha comenzado a generar ingresos con la venta de ropa y zapatos, sabe que necesita dinero para pasarla bien en la ciudad y viajar a la capital del país.
Su español es limitado, pero se comunica sin problema. Dice que la gente en Pachuca lo ha tratado bien, que ha recibido el cariño mexicano. Después de la Ciudad de México quiere conocer San Luis Potosí y Monterrey.
Cuenta que su estancia legal en el país es solo por un año y después de ello debe regresar al Instituto Nacional de Migración para renovar la visa humanitaria para continuar en México.
De acuerdo con el gobierno federal una visita humanitaria se otorga a un extranjero víctima de catástrofe natural o violencia cuya vida o integridad se encuentre en peligro o bien que ingrese al país para realizar acciones de auxilio o rescate en situaciones de emergencia en el país o atender a un familiar por encontrarse en estado grave de salud. Cheikh, con la visa, quiere conocer México.
Dice que si las cosas le salen bien puede renovar la visa por tres años, de lo contrario se regresará a Senegal. También está el caso de dos nigerianos a quienes el Instituto Nacional de Migración detuvo en Hidalgo en el mes de noviembre.
Entre enero y noviembre de 2021 las autoridades migratorias de México aseguraron a mil 851 personas del continente africano originarias de Angola, Argelia, Benín, Burkina Faso, Camerún, República Centroafricana, Chad, Congo, Costa de Marfil, Egipto, Eritrea, Etiopía, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea Bissau, Kenia, Liberia, Libia, Madagascar, Mali, Marruecos, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona, Somalia, Sudáfrica, Sudán, Togo, Túnez, Uganda y Zimbabue.
Cheikh recomienda a los africanos que vengan a México cuidarse y respetar las leyes para poder permanecer en el país, tener sus documentos oficiales a la mano, algo en qué trabajar y con ello, dice, no tendrán ningún problema.
-¿Cuál es la diferencia entre Senegal y México?-., se le pregunta a Cheikh.
-Hay poca, aquí tratan bien al inmigrante, en Brasil también.
-¿Cómo te han tratado en el país?
-En México todo bien, da mucho cariño, pagas un hotel, duermes con tranquilidad, haces tus cosas y no hay ningún problema.
-¿Y hasta ahorita qué te ha gustado de México?
-Para mí todo está bien, pero tengo que tener mucho dinero para salir.
Cheikh dice que, aunque llegó a México como ilegal no tuvo problema en obtener la documentación en el Instituto Nacional de Migración para estar de manera legal en el país.
“Todo está bien, gracias a Dios”, dice el senegalés. En cinco días Cheikh ha conseguido novia en Pachuca, recorren juntos la ciudad y ambos se comunican en francés, con besos, abrazos y sonrisas.