Luego de que mujeres integrantes de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos (Ddeser) se pronunciaran por retirar los candados de la ley y legalizar el aborto en Hidalgo, el sacerdote de la iglesia de La Villita, Marco Antonio Roldán Rosas, ratificó la postura del clero de ir en contra del aborto.
“No es concebible que alguien muera y eso incluye a los recién gestados que ahora queremos utilizar bajo el nombre de producto, desde su concepción hasta el término de la vida tiene que ser protegida”, sostuvo.
El sacerdote aseguró que la vida es sagrada “y por lo tanto eso no está a consideración solamente de lo que pudiera ser la opinión o el consenso social; la vida es sagrada porque es un don de Dios que por diversos medios cualquiera que sea se le ha concedido al ser humano, entonces no podemos ser partidarios de una tendencia”.
Indicó que “no es posible que propongamos de alguien que está en una etapa germinal de vida querer acabar con ella”.
Sin embargo, cuando hay una violación de por medio dijo: “ahí entramos en otro tema, por el mal que está padeciendo alguien ¿podemos entonces quitarle la vida a un ser humano?”.
Reconoció que hay un daño psicológico a la mujer, “pero creo que también hay esa curación, ese acompañamiento a las víctimas, pero no por eso tenemos que justificar lo otro”.