ONU-DH reconoce proceso de autoconsulta indígena en Yucatán

Las comunidades pudieron establecer un diálogo interno y expresar sus posiciones en torno a los impactos de las granjas porcícolas instaladas en la zona.

La consulta fue sobre actividades y proyectos que les afectan de las comunidades mayas. (Freepik)
Sandra Rojas
Ciudad de México /

La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) reconoció la importancia del proceso de autoconsulta indígena sobre actividades y proyectos que les afectan de las comunidades mayas de los municipios de Kinchil, Maxcanú y Celestún, en Yucatán.

La ONU-DH detalló que las comunidades organizadoras del proceso decidieron hacer uso de este recurso ante la falta de procesos de consulta acordes a los estándares internacionales que les ha privado de la posibilidad de participar en la toma de decisiones sobre el modelo de desarrollo en sus territorios.

Por ello, las comunidades pudieron establecer un diálogo interno y expresar sus posiciones en torno a los impactos en diferentes derechos humanos de las granjas porcícolas instaladas en la zona y sobre las que no fueron consultadas antes de su instalación.

Este proceso contó con el apoyo de personas defensoras de derechos humanos de la región, quienes acompañaron a las comunidades en su organización, orientándoles respecto de sus derechos, respetando su plena autonomía. Entre ellas se encuentra Indignación AC, organización que desde más de 30 años se dedica a la defensa de los derechos de los pueblos indígenas en la península de Yucatán.

Del mismo modo, la ONU-DH fue invitada a observar el proceso que se llevó a cabo los días 15 y 16 de julio en su fase informativa, y 25 de julio en su fase consultiva, mismo que pudo observar y acompañar presencialmente.

En este sentido, la Oficina señaló que los estándares internacionales de Naciones Unidas reconocen la importancia del derecho a la autonomía y libre determinación de los pueblos indígenas, así como la posibilidad de que desarrollen e implementen sus propios modelos de desarrollo y bienestar.

Por ello, recordó la responsabilidad empresarial de respetar los derechos humanos de la población indígena que ha sido afectada por su operación, de acuerdo a los estándares de debida diligencia.

LP

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