Un operativo en completo sigilo bastó para concretar el envío de quien es identificado como uno de los principales responsables de la crisis de consumo de drogas en EU: Ovidio Guzmán López, siguiendo la historia de su padre, Joaquín El Chapo Guzmán.
Ovidio salió de México en el mismo avión que su padre lo hizo hace seis años para enfrentar una situación similar, señalado por Washington como uno de los cabecillas de la operación de tráfico de fentanilo internacional más sofisticada y agresiva.
Cuando la información había trascendido en México, Ovidio ya estaba en Estados Unidos y fueron la Casa Blanca y el Departamento de Justicia los que confirmaron que enfrentará las acusaciones en su contra por tráfico de drogas y advirtieron que ese será el destino de sus socios.
“El Departamento de Justicia continuará haciendo rendir cuentas a aquellos responsables por alimentar la pandemia por opioides que ha devastado tantas comunidades en nuestro país”, afirmó el fiscal estadunidense, Merrick Garland.
El jet Bombardier Challenger 605 de la Fiscalía General de la República que llevó ayer a Ovidio Guzmán, El Ratón, al norte de nuestras fronteras, fue la misma aeronave en la que su padre fue entregado a EU en enero de 2017.
“Agentes de Estados Unidos y México transfirieron exitosamente a custodia del Departamento de Justicia de EU a Ovidio Guzmán López, un hijo de El Chapo, quien ha sido acusado de tráfico de drogas, lavado de dinero y otros crímenes violentos. La extradición de Guzmán López es un testimonio de la importancia de la cooperación que se lleva a cabo entre EU y México en el combate a los narcóticos y otros retos vitales; agradecemos a nuestras contrapartes mexicanas por su colaboración en la protección de nuestras personas de violentos criminales”, dijo la asesora de Seguridad Interna de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood-Randall.
Al reconocer a agentes estadunidenses y mexicanos en el combate al narcotráfico, Sherwood-Randall comprometió a la administración de Joe Biden a continuar con los esfuerzos para desmantelar las operaciones de los cárteles de la droga internacionales.
“Seguiremos agradecidos por siempre por sus esfuerzos valerosos y sin descanso. La administración de Biden y (Kamala) Harris continuará usando todas las herramientas disponibles para combatir agresivamente el mortal azote del fentanilo y otros narcóticos que están matando tantos estadunidenses”, concluyó.
Garland dijo por su parte que la extradición de Ovidio Guzmán era “el paso más reciente en el esfuerzo del Departamento de Justicia para atacar cada aspecto de las operaciones del cártel”.
La aeronave “de la justicia”
La aeronave en la que viajaba Ovidio salió del Aeropuerto de Toluca a las 10:52 de la mañana y aterrizó en Teterboro, Nueva Jersey, a las 18:20, hora de la Ciudad de México.
Atrás quedó el intento fallido en 2019 cuando en un operativo para su captura, la reacción de los sicarios en Culiacán obligó a las autoridades a dar marcha atrás para evitar muertes ante los hechos de violencia y amenazas incluso a familiares de militares.
Hace más de 6 años, el histórico líder del cártel de Sinaloa, El Chapo Guzmán, abordó el mismo jet en el que sería su último viaje. Era 19 de enero de 2017, y su defensa había agotado todos los recursos para frenar su entrega, autorizada desde mayo de 2016.
Fue trasladado a Nueva York, donde estuvo aproximadamente dos años, antes de ser sometido a un juicio histórico por varios cargos relacionados con crimen organizado y narcotráfico, en el que fue encontrado culpable y sentenciado a prisión de por vida, condena que cumple en la prisión de supermáxima seguridad en Florence, Colorado.
Es la misma nave que trasladó al empresario Alonso Ancira, desde España en 2021, para enfrentar acusaciones por asociación delictuosa y lavado de dinero y en ella también llegó a México el ex director de Pemex Emilio Lozoya desde Madrid, señalado de delitos similares.
De acuerdo con el periodista Carlos Jiménez, Ovidio salió de El Altiplano en un helicóptero con matrícula XC-JBZ de la Fiscalía General de la República y el director del penal, Leonardo Serra Bautista, lo entregó, con el número de reo 5684, al director de Interpol México, Jorge Domínguez Martínez Vértiz, quien llevaba seis elementos a su cargo para la operación.
Ovidio enfrentará a la corte del Distrito Norte de Illinois por tráfico de drogas, crimen organizado y posesión de armas de fuego y tiene además dos acusaciones más en su contra en Washington, y en Distrito Sur de Nueva York, por acusaciones similares.
Según el gobierno estadunidense, Ovidio y su hermano Joaquín supervisan al menos 11 laboratorios de metanfetamina en Sinaloa, con los que producen entre 3 mil y 5 mil libras mensuales de esa droga para enviarla al país vecino y a Canadá. Aseguran que fue el primero en producir fentanilo en México.
Afirman que junto a sus dos otros hermanos, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, encabezan el cártel de Sinaloa.
El Ratón fue detenido en Jesús María, Sinaloa, el 5 de enero en un operativo que desató balaceras y narcobloqueos en zonas de Culiacán y localidades aledañas.