Pablo Monroy Conesa, embajador de Perú, llegó a la Ciudad de México este jueves, tras ser declarado persona non grata por el gobierno de la presidenta Dina Boluarte.
El embajador aterrizó esta noche en el aeropuerto Benito Juárez, alrededor de las 22:20 horas, en un vuelo de Aeroméxico, procedente de Lima.
La Secretaría de Relaciones Exteriores reveló una fotografía del diplomático mexicano y confirmó que “se encuentra muy bien.”
Por la tarde, el diplomático publicó un mensaje de despedida en Twitter, ante su eventual regreso a este país tras ser declarado persona non grata por el gobierno peruano.
“Un abrazo solidario, con afecto y lleno de gratitud, querido Perú. Hasta que nos volvamos a ver”, escribió Monroy en Twitter, junto a una foto del Valle del Colca.
Hace dos día, Monroy Conesa fue declarado persona non grata en Perú por las expresiones de altos funcionarios de México sobre la vida interna de ese país.
“Tales expresiones constituyen una injerencia en los asuntos internos del país y por ende son violatorias del principio de no intervención”, escribió la cancillería peruana en sus redes sociales, ante lo cual se le dieron 72 horas al diplomático mexicano para abandonar su territorio.
¿Quién es Pablo Monroy Conesa?
El embajador de México en Perú es maestro en Derecho con estudios de posgrado en tres países diferentes. También es docente, especialista en leyes y litigio internacional y fungió como consultor jurídico en la Secretaría de Relaciones Exteriores cuando se demandó las armerías estadunidenses por su responsabilidad en la venta de sus productos a cárteles mexicanos.
En febrero de 2022, Monroy fue ratificado por el Senado como embajador de México en ese país. “Con toda seguridad, entre México y el Perú surgirán ideas sobre cómo afianzar proyectos, oportunidades para unir esfuerzos y acompañarse, consejos para mejorar, soluciones a problemas comunes y, sin duda, la empatía y confianza necesarias para forjar vínculos duraderos y enriquecedores”, escribió Monroy en una carta donde explicaba sus proyectos como diplomático.
Monroy arrancaba su labor como embajador con metas altas. “¿Hacia dónde queremos ir?, ¿qué hemos hecho hasta ahora?, ¿ha funcionado?, ¿qué podemos hacer mejor?, ¿de qué nos falta hablar?”, se preguntaba al arrancar su gestión. Tenía en mente la idea de iniciar conversaciones nuevas entre los gobiernos de ambos países, pero también entre actores sociales y productivos, para avanzar en temas que iban desde la gestión de pandemias, hasta derechos sexuales y reproductivos, racismo y discriminación.
dmz