Paridad en las candidaturas, el eterno debate en partidos

Jessica Ayala considera que la selección de perfiles femeninos a veces puede depender más de una decisión de estructuras que por un interés real en la equidad.

Congreso de Coahuila. (Especial)
Luis Alberto López
Torreón, Coahuila. /

La paridad de género en las contiendas electorales sigue siendo un tema espinoso para los partidos a la hora de elegir perfiles para competencias clave. Recientemente llamó la atención lo ocurrido en el proceso interno del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) para elegir a quienes representarán a esta fuerza política en las elecciones de junio próximo en la contienda por seis gubernaturas

Por ley, los partidos deben postular en un 50 por ciento a mujeres, pero eso fue un problema en diciembre pasado cuando se definió el caso de Durango. 

Marina Vitela Rodríguez resultó seleccionada en el proceso interno que impulsó la dirigencia nacional morenista. Una encuesta en la que se midió a los perfiles más competitivos y donde consiguió la nominación porque el levantamiento de la opinión pública también apuntó a que se prefería a una mujer para participar en la candidatura

El hecho causó inconformidad en otros competidores como el senador José Ramón Enríquez, quien acusó irregularidades en la selección porque él fue visto como más competitivo. 

“Se definió un criterio de manera cupular en Morena, un criterio para acomodar hombres y mujeres. Por supuesto que fue un criterio oscuro, que no existía, que no está escrito, que no está en los estatutos, que se inventó, que no se había acordado, que no se había informado previamente; es decir, se lo sacaron de la manga”, acusó el legislador que impugnó la decisión días posteriores.

En el caso de Coahuila, también en diciembre pasado hubo una controversia por un paquete de iniciativas en materia de derechos humanos que enfrentaron a los legisladores de las diferentes bancadas.

Entre las normativas aprobadas estaba una en materia de paridad, garantizar que para más tardar en 2029 se tenga a una mujer gobernadora, es decir, que la definición de candidaturas quede en manos de los partidos a libre disposición en 2023.

En ese sentido, de ganar un hombre la elección de 2023, el género opuesto deberá estar asegurado para seis años más tarde. La mayoría priista defendió la iniciativa con el argumento de que permite llenar el vacío de una legislatura federal aprobada en 2014, la cual garantiza que una mujer gobierne en un futuro cercano la entidad. 

Caso contrario opinaron quienes integran los grupos parlamentarios de Morena y el PAN, cuyos integrantes consideraron que esa ley está dedicada a garantizar que el partido en el poder pueda postular a un perfil hombre en la próxima elección de gobernador, además de que contraviene con disposiciones de una ley federal. 

Ante la aprobación de la iniciativa, otras bancadas como la de la Unidad Democrática de Coahuila, anunciaron que interpondrán recursos legales para revertirla, al considerar que viola la participación política de las mujeres.

Lo dice la ley

La periodista independiente Jessica Ayala Barbosa, considera que la selección de perfiles femeninos en contiendas electorales a veces puede depender más de una decisión de estructuras que por un interés real en la equidad. 

Pienso que la paridad tiene mucho que ver con el desempeño real de las mujeres que están relacionadas con la política, pues si son nada más para cumplir la ley no hay decisiones reales por parte de ellas”. Indica que la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el ámbito político es algo que se debe construir desde abajo y en las estructuras partidarias, las cuales no se caracterizan por hacerlo. 

“Es algo que se debería construir en las bases y el día a día, pero creo que el tema muchas veces solo se toca cuando se van a seleccionar los perfiles que se lanzarán por una candidatura y al final quienes terminan decidiendo son los hombres”.

Y agrega que de no tenerse en cuenta la participación femenina desde su convicción y pensamiento, hay el riesgo de imposiciones de una estructura patriarcal para cumplir requisitos de forma y no de fondo. 

“Lo deseable sería que las mismas mujeres ya tuvieran el ejercicio real de su profesión en el sentido de que pudieran organizarse, tener una voz y no solo las muevan como fichas. A veces nos ponemos a escuchar que cuando hablan de programas está todo por encima de los recursos, a la moda o tendencia”. 

La periodista concluye con la importancia de que los perfiles femeninos que actualmente ostentan algún cargo de poder, tengan conciencia en torno a lo que significa la equidad y los derechos que tienen. “Creo que falta que las mujeres que entran a la política y van hablar de temas de género tengan el interés”.

Panorama de las mujeres

Según el último Censo Nacional de Gobiernos Municipales y Demarcaciones Territoriales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sólo un 38.1 por ciento de los funcionarios públicos son mujeres en Durango y 34.3 en Coahuila. En la primera entidad, las 39 alcaldías se distribuyen en un 31.6 por ciento para mujeres y las regidurías abarcan un 44.6 por ciento. 

Las curules en el Congreso del Estado actual, por su lado, son 25, de las cuales 12 las ocupan mujeres. En el caso d e Coahuila, las presidencias municipales se dividen en 36.8 por ciento para mujeres y 63.2 por ciento para hombres

Las regidurías en 51.2 por ciento y 48.8 por ciento, respectivamente. Además de eso, al revisar las últimas tres elecciones para renovar las gubernaturas tanto de Coahuila y Durango, salta a la vista que la participación de las mujeres ha sido reducida

Los partidos que le apostaron a postularlas corresponden a fuerzas políticas que en su momento tenían poca presencia en la entidad. En el estado de Coahuila, en el proceso del año 2017 hubo siete personas que aspiraron a la gubernatura, entre ellas el hoy gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís, pero nada más una mujer; Mary Telma Guajardo lo hizo a través del Partido de la Revolución Democrática (PRD), luego de que esa fuerza política no concretó su alianza con otras tres tras diferencias ideológicas. 

Un sexenio atrás, cuando resultó vencedor Rubén Moreira Valdez, no hubo ninguna mujer postulada entre las cuatro candidaturas que pretendían gobernar a los coahuilenses. 

En 2005 ganó Humberto Moreira Valdés tras una elección en la que hubo cinco aspirantes, siendo Ana Patricia Reynoso Alvarado la única mujer bajo las siglas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que históricamente ha tenido una baja aceptación en la entidad. Por el lado de Durango la situación no es muy diferente. Hace 6 años, en la elección que obtuvo José Rosas Aispuro hubo cinco competidores aunque nada más una mujer, Nancy Carolina Vasquez bajo la bandera del Partido Encuentro Social. 

En 2010, la competncia reunió a cinco perfiles, siendo solamente Nora Loera de la Paz del Partido Verde la única mujer. En 2004 ocurrió lo mismo, pero en esa ocasión fue postulada Lucina Ramírez Aguilar por el Partido Duranguense.

EGO

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