A pesar que desde hace tres años se cuenta con un Vagón Rosa, el Metro sigue siendo catalogado como un lugar de alto riesgo para las mujeres, al seguir los casos de acoso sexual en las unidades, sin que las autoridades intervengan para proteger a la víctima.
De acuerdo a información proporcionada por el Instituto Estatal de las Mujeres (IEMujeres), tan solo en el 2020 y pese a la contingencia sanitaria por el covid-19 se registraron más de 50 incidentes de acoso sexual en el Metro, y un año antes se tuvieron más de 60 reportes.
De acuerdo con las víctimas, tanto en el espacio exclusivo, como en los vagones mixtos, específicamente en horas pico, los hombres aprovechan para tocar sin consentimiento el cuerpo de las usuarias, el decirles palabras lascivas, incluso llegar al extremo de hostigarlas y perseguirlas durante todo su trayecto para agredirlas, ya sea dentro de mismas instalaciones o fuera de ellas.
Dichas conductas se han vuelto más frecuentes ante la falta de vigilancia adecuada para hacer respetar el Vagón Rosa, ya que los guardias no solicitan a los hombres abandonar el espacio destinado para mujeres y personas con discapacidad.
Desde el 2018, ante el alza de denuncias públicas de víctimas que fueron violentadas en este tipo de transporte público, el actual gobierno del estado lo implementó solo en la Línea 2.