El Laboratorio de Datos contra la Obesidad convocó al Congreso de la Unión a aumentar el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) a refrescos y ampliar el análisis sobre otras industrias y productos ultraprocesados que elaboran papas, galletas y pasteles.
La investigación reportó que, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, las bebidas azucaradas aportan un tercio (28 por ciento) de todas las calorías que consume la población en América Latina.
El 72 por ciento restante proviene de los alimentos procesados que contienen azúcares, altas cantidades de grasa y sodio, en un contexto en donde México mantiene un consumo alto, pues es el mercado minorista de snacks más grande en la región y el de mayor crecimiento esperado.
En su publicación reportó que el Instituto Nacional de Salud Pública advirtió que en el país se consumían 214 kilos de alimentos ultra procesados por persona en 2014.
“Esta circunstancia nos coloca en el primer lugar en América Latina. En México, las industrias de las papas fritas, galletas y snacks son de las más importantes, sobre todo entre niños de 5 a 11 años de edad, quienes las consumen regularmente, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud 2018, la más reciente disponible”, de acuerdo con este evaluador de obesidad.
De igual manera, a nivel nacional se ha seguido la tendencia estadunidense donde hasta un 40 por ciento de la población ha sustituido comidas completas por snacks, botanas y dulces, de acuerdo con información del Tetra Pak Equity Tracking 2019, retomada por MILENIO. Lo anterior serviría para explicar los crecientes índices de obesidad y otras enfermedades con componentes metabólicos como la hipertensión y la diabetes en el país.
En las principales ciudades mexicanas, donde el problema de la obesidad es más grave, el mercado de “snacks” sumó un valor de más de 53 mil millones de pesos, según datos de Kantar Worldpanel.
“Si dividimos esta cantidad entre la población mexicana, representa un gasto de más de 417 pesos por persona en estos papitas, galletas o pastelillos.”, conforme con el Laboratorio de Datos contra la Obesidad.
En lo que refiere a cárnicos, aunque estos han sido señalados por la Organización Mundial de la Salud como cancerígenos y a pesar de contener altas cantidades de sal y grasas dañinas, su consumo fue de 973 mil toneladas durante 2018, de acuerdo a lo indicado por Comecarne, lo que equivale a alrededor de 7.5 kilos por persona al año.
Los productos preferidos en esta área son los jamones y salchichas de pavo, que han sido señalados por la Profeco por no llegar a los grados nutricionales recomendados y, en algunas ocasiones, contener otras fuentes de proteína no señaladas.
Tanto la Organización Mundial de la Salud como la Organización Panamericana de la Salud alertan sobre las tendencias de consumo de estos productos, que incluyen por lo menos 21 industrias, entre ellas la refresquera y de bebidas azucaradas.
jlmr