El senador del Grupo Plural, Gustavo Madero, aseguró que la iniciativa para mantener al Ejército en las calles, realizando tareas de seguridad hasta 2028, “está engendrada con el semen de la corrupción”, porque se ha querido sacar adelante a través de presiones, compra de votos y cooptación de legisladores.
En entrevista en Palacio Nacional, tras reunirse con el secretario de Hacienda, el legislador aseguró que se está dando un falso debate en el Congreso de la Unión, porque nadie quiere que se retire al Ejército, sino que se busca que se fortalezcan los policías civiles y que las fuerzas armadas actúen acorde a la Constitución.
“Han hecho de todo para presionar y doblar, por eso digo que esta iniciativa está engendrada con el semen de la corrupción, desde su origen fue inoculada con la corrupción, de presionar a Alejandro Moreno de una manera pública, notoria, solicitando incluso el juicio político, el desafuero. Si esto se da con fundamentos y ya no se procede, quiere decir que están negociando con la impunidad”, subrayó.
Madero consideró que la propuesta, originalmente del PRI, nace con este “pecado original”, pero además se ha intentado sacar adelante comprando votos a la mala, cooptando senadores y presionando a través de gobernadores y embajadores.
Estas acciones demuestran que la iniciativa tiene una motivación política de debilitar al bloque de contención en el Senado y, al mismo tiempo, la alianza electoral para los comicios en el Estado de México y las presidenciales de 2024.
Aunque aseguró que existe la apertura del Grupo Plural de analizar la propuesta de extender la permanencia del Ejército, si es que se tienen indicadores claros de cumplimiento y se respeta la ley, consideró necesario que se haga una consulta al interior de las fuerzas armadas para ver qué opinan.
Y es que, según Madero, si sólo se le pregunta a la población civil, como lo propone el Presidente, los ciudadanos estarían contestando con el miedo que tienen a la inseguridad.
“Le pediría al Presidente que consultara a las fuerzas armadas de manera abierta, franca, no al titular de la Defensa, sino a los generales, coroneles, a los mandos, a ver cómo están, si están bien tratados los que están incorporados a la Guardia Nacional, porque algunos han sufrido un trato no digno”, agregó.
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Sin embargo, aunque celebró como un triunfo que se haya logrado frenar la propuesta, cuestionó la presencia de las fuerzas armadas en las calles, al asegurar que no están enfrentando a la delincuencia “porque la estrategia de abrazos no balazos perpetuarla es condenarnos a que siga incrementándose la violencia y la inseguridad”.
“Me preocupa mucho las elecciones, la participación de la delincuencia organizada de manera creciente; y como el Ejército no ha tenido, incluso la Guardia Nacional, la capacidad de disuasión, más bien pudiera parecer que este es un riesgo que se presenta si se continúa con esta estrategia”, destacó.
LP