La Política Nacional de Educación Inicial (PNEI) que se publicó el viernes pasado en el Diario Oficial de la Federación garantiza servicios y programas para niños y niñas de cero a tres años de edad, así como acompañamiento y capacitación a sus cuidadores, a fin de potenciar la crianza positiva para que sean capaces de construir vínculos afectivos sólidos y condiciones óptimas de aprendizaje desde la primera infancia.
La universalización de la educación que entraña el Acuerdo 07/03/22, le permitirá a esta población acrecentar sus habilidades cognitivas, psicomotrices, socioemocionales y del lenguaje; lo que sentará las bases de un desarrollo integral y su bienestar durante toda la vida. Con esta política México se convierte en el primer país en América Latina y el Caribe en realizar un compromiso educativo de esta magnitud con la primera infancia.
De acuerdo con lo establecido en el DOF, la PNEI se llevará a cabo en dos modalidades: escolarizada para los bebés en Centros de Atención, y no escolarizada para sus familias, brindándoles atención mediante esquemas flexibles y visitas a los hogares desde el embarazo y durante los primeros años de vida.
Con servicios transferidos a instituciones de salud y de desarrollo integral de la familia, la Secretaría de Educación Pública busca expandir la cobertura de la educación inicial comenzando por los grupos de niñas y niños en condiciones de vulnerabilidad y en riesgo de exclusión, conforme a las condiciones socioeconómicas de sus madres y padres de familia o tutores.
De igual forma, la política establece las estrategias para el acompañamiento afectivo y social de las crianzas, la observación y el conocimiento de las necesidades de niñas y niños; promoción de diversos ambientes de aprendizaje ligados al juego y a las experiencias artísticas; acercamiento a la lectura y a los libros desde los primeros días de vida; así como mejoramiento de alimentación y vida saludable.
De acuerdo con Astrid Hollander, jefa de Educación de Unicef México, refirió esta política es un hito muy importante en el desarrollo de niños y niñas menores de tres años porque es en este momento donde el cerebro se desarrolla a su máximo potencial de aprendizaje; por lo que a esta edad es la mejor oportunidad para incidir positivamente en el desarrollo de la persona.
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“Una educación temprana forma conexiones neuronales que ningún esfuerzo educativo posterior es capaz de reproducir”, resaltó, al tiempo que recordó que la publicación por sí sola no es suficiente, pues es importante poner manos a la obra entre todos los involucrados en la crianza.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) refieren que en México residen al menos 7 millones 872 mil 460 niñas y niños de cero a tres años, de los cuales Unicef señala que el 83 por ciento no han recibido ningún tipo de educación inicial, por lo que el ejercicio de este derecho representaría un gran reto para las instituciones.
LP