Mientras algunos ecologistas se ocupan de la contaminación del aire, son pocos los que enfocan sus esfuerzos en prevenir los efectos de los residuos peligrosos como las baterías que son desechadas a la basura y que contaminan suelos y aguas.
Profesores universitarios estimaron que, en promedio, una persona puede llegar a utilizar 13 baterías a lo largo del año, entonces si en una casa hay cuatro o cinco habitantes reunirían más de 45 en tan solo 12 meses, que al momento de ser desechadas deberán separarlas de la basura común.
De hecho, si las baterías no son clasificadas al momento de deshacerse de ellas, los materiales que las conforman como el mercurio, cadmio, níquel, litio, manganeso, plomo y zinc terminarían contaminando el suelo o el agua y de manera indirecta llegarían hacia nosotros o a los animales.
El Centro de Capacitación Eléctrica y Energías Alternas de México (Cceea) publicó que las baterías podrían provocar ceguera, cambios de personalidad, pérdida de memoria, daños en riñones y en pulmones, cáncer e, incluso a altas exposiciones, hasta la muerte.
“Una pila es una celda unitaria de energía que generalmente entrega 1.5 V. Se trata de una alcalina o de zinc-carbón, mientras que al conjunto de pilas conectadas entre sí se le denomina batería.
“Por ejemplo, si conectamos seis celdas en serie, obtenemos una batería de 9V”, se lee en un artículo publicado en el Cceea.
Cabe señalar que las pilas son uno de los productos de mayor consumo, ya que representan la fuente de energía necesaria para el funcionamiento de equipos y productos que utilizamos día con día.
No hay políticas de separación: ambientalistas
De acuerdo con el ambientalista Guillermo Martínez Berlanga, en Nuevo León estamos en pañales en materia ambiental, al no existir una política pública con claridad que garantice la separación de las baterías.
“Todos los componentes de baterías o pilas tienen los famosos heavy metal que son altamente corrosivos, altamente cancerígenos, dañinos al medioambiente y, obvio, dañinos a la salud, y si no hay una política ambiental, pues cada quien hace de su papalote un remolino y no hay lugares específicos de acopio, inclusive hay que pagar para deshacerte de ellas”, precisó.
Alfonso Martínez, del Observatorio de la Calidad del Aire, dijo que la mayoría de las pilas no son separadas de la basura común, por lo que es probable que algunos de sus componentes tóxicos se encuentren en los líquidos lixiviados que producen en los rellenos sanitarios.
“Habría que evaluar qué impactos están teniendo al suelo y al agua. Asimismo evaluar cuántas de éstas van a parar a los tiraderos clandestinos; el principal beneficio es que si no se llevan al relleno sanitario, se evita que con los lixiviados que se producen en los rellenos sanitarios se arrastran al suelo metales pesados u otros compuestos que además de contaminar el suelo, pueden contaminar el agua poniendo en riesgo la salud de la población”, estimó.
Uso de los contenedores
Aunque los supermercados de la localidad realizan campañas por temporadas, hay expertos y ambientalistas que recomiendan tener un contenedor de lata en casa para depositar las baterías inservibles y acudir una vez por año a los centros de acopio que implementan los establecimientos.
Un supermercado de Gómez Morín informó que cuando un cliente acude con una batería de auto se le otorga un cupón por 290 pesos para que se le descuente en la próxima compra, lo anterior con el objetivo de motivar al visitante para que deseche correctamente este material.
Desde que inició la pandemia del covid-19, un súper de Humberto Lobo retiró su contenedor para depositar pilas inservibles, pero en las próximas semanas será reinstalado.
El Poder Judicial del Estado realiza una campaña desde hace seis años llamada Haz justicia por tu planeta, en la que tiene 14 contenedores para depositar baterías sin energía, extendidos en sus diferentes sedes para que posteriormente sean recolectadas y pesadas para su traslado a una empresa de confinamiento de pilas.
De acuerdo con la estadística disponible en el sitio web, desde enero y hasta junio de este año, se han recolectado 338 kilos de baterías equivalentes a 19 mil 604 piezas, siendo enero en el que la ciudadanía acudió a entregar más baterías.
En 2019, el Poder Judicial recibió 65 mil 540 piezas; en 2018: 36 mil 255; en el 2017: 3 mil 558; en 2016: 25 mil 984. Mientras que en 2015 se recibieron 24 mil 372 piezas y en 2014: 20 mil 10 baterías.
Uso de baterías recargables
Alejandro Gutiérrez Ortiz, profesor de la Ingeniería en Innovación Sustentable y Energía de la UDEM, consideró que las personas podrían optar por baterías recargables, lo que no significa que tengan menor concentración de materiales peligrosos; sin embargo, adquirirlas reemplazaría comprar seguidamente y así evitar utilizar más de 10 por año.
“Recomiendo que las personas no hagan compra de pilas en el mercado informal, porque muchas veces la población va al tianguis o mercados y encuentra paquetes de baterías de bajo costo.
“Lo que pasa es que son materias importadas de manera informal y no están bajo los estándares del país y no tenemos control sobre lo que tienen”, señaló.
Evangelina Ramírez Lara, directora de Gestión Ambiental y Seguridad Operativa de la Secretaría de Sustentabilidad de la UANL, dijo que la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) realiza anualmente una Campaña de Reciclaje Electrónico en octubre, enfocada al público en general; sin embargo, este año, debido a la contingencia sanitaria, no la llevarán a cabo.
Datos y cifras
Las pilas son uno de los productos de mayor consumo, ya que representan la fuente de energía necesaria para el funcionamiento de equipos y productos que utilizamos día con día.
Dato duro
- En México cada habitante consume en promedio seis pilas primarias no recargables al año.
- Una persona puede llegar a utilizar 13 baterías a lo largo del año, entonces si en una casa hay 4 o 5 habitantes, reunirían más de 45 en 12 meses, las cuales al ser desechadas deberán separarlas de la basura común.
- En 2001 se suspendió en nuestro país la producción de pilas; razón por la cual, el 100% de las pilas son importadas.
¿Qué contiene?
Al menos siete elementos tóxicos para la vida humana: mercurio, cadmio, níquel, litio, manganeso, plomo y zinc.
Los daños
Ceguera, cambios de personalidad, pérdida de memoria, daños en riñones y en pulmones, cáncer e incluso a altas exposiciones, la muerte.