El PRD ya se alista para repetir la fórmula que le funcionó al PRI y a Morena, para ampliar, por un año más, la dirigencia nacional de Jesús Zambrano y dejarlo al frente de la estrategia política y electoral para las elecciones del 2024, y la responsabilidad de salvar al partido de su extinción.
MILENIO confirmó que el PRD convocará a su Asamblea Nacional en agosto para reformar sus estatutos, entre los que incluirá la aprobación de una prórroga para que sea Jesús Zambrano quien se quede a cargo de la contienda del próximo año y avale las alianzas y candidaturas con que participarán.
Esto, después de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dejó claro el camino para que las dirigencias que tenían que renovarse este año tengan una prórroga, bajo el pretexto de su derecho de autoorganización, de la libertad de generar estrategias políticas y electorales que requieren para las elecciones del 2024, y para no afectar a la militancia ni generar distracciones mientras se alistan para esa contienda.
Primero, la Sala Superior avaló la prórroga a Mario Delgado para que siga en la dirigencia nacional de Morena hasta que terminen las elecciones, a pesar de que había dos sentencias de este mismo TEPJF que impedían que se mantuviera más allá de agosto de 2023.
Después, revocaron la decisión del INE de invalidar la ampliación del cargo de Alejandro Moreno al frente del PRI, a pesar de que su periodo también terminaba este año y varios liderazgos del partido lo impugnaron.
En ambos casos, con algunas variaciones, las razones de la mayoría de las magistraturas fue que era una ampliación legal, pues bastaba con que fuera aprobada por sus órganos internos de máxima dirección, por una amplia mayoría, en una sesión convocada respetando los tiempos establecidos en los propios estatutos.
Además de que demostraran que era parte de las necesidades que requerían para su correcta autoorganización rumbo a las próximas elecciones, que es una estrategia electoral y política que beneficia a la militancia, y que someterse a una renovación de dirigencia, por el contrario, afectaría al partido.
Por lo que, con estos lineamientos en dos sentencias distintas, el PRD ya se alista para repetir la fórmula que les permita brincarse un año el trámite burocrático interno y enfocarse en lograr acuerdos con su alianza opositora para definir el proceso a seguir para participar en la jornada electoral más grande de la historia.
Así, Jesús Zambrano sería quien continuaría con las negociaciones con el PAN y el PRI, quien podría definir las alianzas y las candidaturas en juego, y quien tendrá en sus manos impedir, otra vez, que el partido se extinga, lo que en las dos últimas elecciones federales ha estado a punto de suceder.
En la elección federal del 2021, el PRD logró el 3.64 por ciento de la votación, por lo que se quedó al margen de perder el registro como partido político nacional, pues la ley exige obtener al menos el tres por ciento de los votos totales válidos emitidos.
Para las elecciones del 2024, que serán las más peleadas de la historia, el PRD tendrá que posicionarse como una buena alternativa independientemente de su posible alianza con el PAN y con el PRD.
Se renovará la Presidencia de la República; el Congreso de la Unión, con 500 diputaciones federales y 128 senadurías, además de 19 mil 634 cargos locales, que incluyen ocho gubernaturas, más la Jefatura de Gobierno; 663 diputaciones de mayoría relativa y 435 de representación proporcional en 31 entidades del país, sólo con excepción de Coahuila; y mil 787 ayuntamientos en 29 estados, más 16 alcaldías y 160 concejales en la Ciudad de México.
De esta manera, los mismos hombres que lideran los partidos políticos hasta hoy serán quienes definan el rumbo de la contienda. En la oposición, Marko Cortés en el PAN, quien se reeligió en 2021; Alejandro Moreno en el PRI, y Jesús Zambrano en el PRD (de aprobarse en agosto su permanencia en el cargo).
Y del otro lado, Mario Delgado, de Morena, de la mano de sus aliados; Alberto Anaya en el PT, quien no contempla renovación desde hace décadas; y Karen Castrejón en el PVEM, la única mujer al frente de un partido político.
EHR