El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, se pronunció sobre el incidente de intimidación que denunció el obispo de la Diócesis de Saltillo, Raúl Vera López, por parte de militares, y pidió a los altos mandos frenar cualquier tipo de abuso de autoridad.
El jueves pasado el obispo fue interceptado por dos elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), al llegar al Aeropuerto de Monterrey.
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Los militares –que tenían anotado su nombre en una libreta– le pidieron que se identificara e informara a donde se dirigía, y posteriormente anotaron las placas de su vehículo bajo el argumento de que era "por su seguridad".
Sobre estos hechos, Cabrera López pidió a las Fuerzas Armadas no caer en excesos y discrecionalidades que puedan violentar los derechos de los ciudadanos, sobre todo con la creación de la nueva Guardia Nacional.
"Nosotros creemos que gracias a Dios este episodio no trascendió, pero no deja de preocupar este incidente porque es muy fácil que cualquiera con uniforme quiera exceder lo que la ley indica y lo que la situación exige.
"Los jefes dicen que ellos no enviaron a que hicieran este acercamiento a monseñor Raúl, pero no deja de ser inquietante que los militares se mezclen en asuntos civiles, por eso creo que gran parte de la sociedad tiene la preocupación de que la nueva Guardia Nacional –que tendrá siempre una connotación militar– pueda ser riesgosa si no se ponen en alto cuidado los derechos", apuntó.
El presidente de la CEM opinó que este hecho trascendió porque se trata de una persona conocida en México, pero no descartó que estos incidentes puedan replicarse cotidianamente sin que se sepa.
"Es importante que los derechos humanos se respeten siempre en todas partes, y que quienes están encargados de nuestra seguridad, tampoco vayan a caer en excesos ni discrecionalidades que puedan lastimar a las personas", puntualizó.
El secretario de Seguridad Pública Federal, Alfonso Durazno, ofreció una disculpa por las acciones de los militares y aseguró que se trató de un error; sin embargo, el obispo ligó esta supuesta intimidación con el Caso Castaños, un episodio de agresión sexual hacia mujeres por parte de elementos del Ejército, caso al que la Diócesis le ha dado seguimiento y ha denunciado desde hace 13 años.