Ante un entorno de crecimiento económico débil como consecuencia de un deterioro en el dinamismo de la inversión, aumenta la preocupación sobre la capacidad de poder generar nuevos empleos de calidad, elemento básico para mejorar el bienestar de los hogares y reducir la pobreza, dijo el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
En su análisis semanal y con base en información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señaló que la fragilidad de la actividad económica viene afectando al mercado laboral y el consumo en los últimos tres años.
Desde finales de 2022 el ritmo de crecimiento de la economía muestra una rápida tendencia a la baja desde niveles de 5 a 2 por ciento anual en julio de este año, con la expectativa de que pueda reducirse más.
En cuanto al mercado laboral, señaló que en agosto la población ocupada se redujo en 626 mil 770 personas, lo que significó su cuarta cifra negativa en lo que va del año, según información emitida por el Inegi.
“Aunque hay que tener presente que la caída reportada en junio pasado es la mayor del presente año al registrar una baja de 863 mil 862 ocupados”, dijo el Ceesp.
Ante ello, señaló que la caída mensual de la ocupación afectó tanto al sector formal que perdió 158 mil 414 personas como al informal, que se redujo en 468 mil 356 ocupados.
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“Esto puede estar reflejando la dificultad que tienen las empresas de ofrecer nuevas fuentes de empleo como consecuencia de una menor inversión, así como de los elevados costos laborales, aunque incluso la alternativa que representa la informalidad también está resintiendo dichos efectos”, explicó.
Señaló que lo anterior afectó el bienestar de una parte importante de hogares toda vez que, de la caída en la ocupación total, 138 mil personas perdieron el acceso a las instituciones de salud como prestación laboral.
Destacó que un elemento importante en este entorno es el rápido debilitamiento de la inversión, que después de su atípico comportamiento que la llevó a registrar tasas de crecimiento de dos dígitos prácticamente en todo 2023.
Agregó que la terminación de los proyectos insignia del gobierno, que fueron fuente importante de este dinamismo, y la incertidumbre política ante el cambio de sexenio, propiciaron un cambio de tendencia que llevaron a tasas de crecimiento de solo 3.9 por ciento el pasado julio.
Mientras que el consumo privado, que es una fuente importante del crecimiento al representar 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) total, también respondió a este entorno de debilitamiento.
Así como el indicador de consumo privado que reportaba tasas de avance anual superiores a 5 por ciento en 2022, y el pasado julio rondaba 3.4 por ciento.
Indicó que en el caso del indicador de ventas al menudeo se aprecia un mayor deterioro, ya que pasó de tasas de crecimiento que superaron 7 por ciento a tasas negativas en el mismo lapso.