Un domingo en La Habana bastará para que México restaure cualquier grieta en la relación con Cuba.
El presidente Andrés Manuel López Obrador estará 28 horas en la isla para borrar los remanentes del célebre “Comes y te vas” y atajar los constantes reproches de que nuestro país se ha alejado de América Latina para arrojarse a los brazos de Estados Unidos.
El tabasqueño siempre mira al sur llega con un discurso cercanísimo a los ideales del líder de la revolución cubana, Fidel Castro, abogando y promoviendo la unidad latinoamericana y su integración económica regional para negociar con fuerza con Estados Unidos y Europa.
Y en Cuba estarán de manteles largos. En este encuentro no hay recelo sino esperanzas e, incluso, ya se vislumbra como histórico, como la clave para mantener la amistad que se consolidó en 1956 con el exilio de Castro en México y regresar los honores demostrados por México cuando en un hecho sin precedentes, se le cedió el micrófono al presidente Miguel Díaz Canel en el desfile de la Independencia mexicana en la Plaza de la Constitución.
AMLO visita Cuba: el domingo que reforzará una amistad histórica
Pero como en cualquier relación hay episodios espinosos, tensos o de amplia soltura que han marcado esta historia binacional llena de mambos, rumba, literatura y mojitos.
Carlos Salinas: amor y odio
A pesar de haber tenido una relación fraterna con Fidel Castro, Carlos Salinas de Gortari realizó críticas veladas al régimen cubano y tomó decisiones que se fueron alejando del tradicional apoyo a la isla, esto a pesar de que Castro fungió como legitimador de las cuestionadas elecciones de 1988.
El idilio México-Cuba se enfrió poco a poco en este sexenio, primero por la cercanía generada hacia el norte del continente que quedaría en el papel con la firma del Tratado del Libre Comercio, pero sobre todo con el abandono de México en su respaldo tradicional al régimen.
El desgaste fue tal que al finalizar su sexenio, Salinas visitó Cuba pero solo de paso y estuvo seis horas en la isla. Aun así, Castro le abrió las puertas de Cuba en 1995, al terminar su sexenio, para refugiarse del encono que dejó en México tras la crisis económica de 1994.
Pero ahí no termina la historia. Años después, en agosto de 2010, Castro acusaría al mismo Salinas de orquestar los videoescándalos junto con Diego Fernández de Cevallos y el empresario Carlos Ahumada, contra el entonces jefe de Gobierno del DF, Andrés Manuel López Obrador.
Ernesto Zedillo: México con Mickey
El último presidente priista antes de la primera alternancia en el poder ejecutivo se acercó a la disidencia cubana y votó en la comisión de derechos humanos de la ONU, junto con Estados Unidos, para vigilar la situación de las garantías individuales en Cuba.
La nueva posición mexicana generó la molestia de Castro a tal grado que en 1998 dijo en una reunión públicamente que México estaba alejado de América Latina y estaba ahora más interesado en pertenecer a los países ricos dejando a la isla en “el barrio de los pobres”.
Acusó que el país ahora estaba invadido por la cultura estadunidense pues los niños conocían más a Mickey Mouse que a los héroes patrios.
Hubo una crisis diplomática. Este diferendo provocó que la cancillería mexicana llamara a cuentas al embajador cubano en el país para manifestarle la profunda extrañeza y una explicación de los comentarios de Fidel Castro. Al mismo tiempo, el embajador de México, Pedro Joaquín Coldwell, salió de la isla. El distanciamiento estaba consumado. Aunque Castro se disculpó con los niños mexicanos, la relación no volvió a ser la misma.
Ambos presidentes se reunieron en 1999 en la ceremonia de apertura de la Asociación de Estados del Caribe. Y ya en el 2000, Castro retrasó su llegada a México para no encontrarse con Zedillo y solo asistir a la toma de posesión de Vicente Fox.
Vicente Fox: "Comes y te vas"
Si la relación entre México y Cuba ya era tensa, Vicente Fox la reventó. Esta historia se resume en la frase que soltó en 2002 el ranchero guanajuatense al comandante para no molestar a George W. Bush durante la Cumbre de Monterrey. Un diálogo que, por cierto, fue ventilado por Fidel Castro.
Por ser emanado de un partido conservador, pero con un discurso conciliador respecto a Cuba, Fox generó incertidumbre tanto en la Casa Blanca como en La Habana respecto a la posición que México tomaría entre estos dos actores. Al final se decantó por Estados Unidos.
Esto quedó demostrado en el desencuentro de Monterrey donde nació la emblemática frase que enmarcó MILENIO en su portada nacional: “Comes y te vas”. A esta conferencia internacional que convocó a 40 jefes de estado no estaba invitado Fidel Castro, pero al final asistió tras enviarle una carta a Fox. Luego de su participación y al tomar la palabra fuera de tiempo anunció que se retiraba de la cumbre porque su presencia generaba una “situación especial” que lo obligaba regresar a su país. México negó cualquier presión de Washington y siguió adelante.
Sin embargo, días después el gobierno mexicano se pronunció a favor de que la relatora de la ONU hiciera una visita a Cuba, pero no solo eso, también fue patrocinador de la propuesta.
En respuesta, Castro exhibió a Vicente Fox en una llamada telefónica que ambos sostuvieron. “Me acompañas a la comida y de ahí te regresas”, dijo el mexicano, con una solicitud expresa de no agredir al presidente de Estados Unidos.
En este sexenio, México expulsó al embajador cubano y retiró la representación diplomática de la isla por tres meses. Fox fue el último que tuvo una relación con Fidel Castro como presidente.
Calderón: El veto
Asumió la presidencia con el reto de retomar las relaciones con Cuba, pero no fue hasta 2012 que visitó Cuba, es decir, 10 años después de que lo hiciera Fox.
Pero su intento pasó sin pena ni gloria pues fue prácticamente en el cierre de su gobierno, sin embargo, presumió que esto serviría para construir una nueva agenda y fortalecer los lazos de amistad que existen entre ambos pueblos.
Su encuentro fue con Raúl Castro.
Lo que marcó la relación de Calderón con Cuba ocurrió cuatro años después de dejar la presidencia. En 2017 se le prohibió la entrada a la isla cuando se dirigía a conmemorar el aniversario luctuoso de Oswaldo Payá, uno de los principales líderes de la oposición castrista.
Este desencuentro lo hizo público Felipe Calderón a través de su cuenta de Twitter. Esta fue la primera vez que se le prohibió la entrada a un ex mandatario mexicano.
Peña Nieto: Regreso a la tradición
Con la segunda alternancia en el ejecutivo, Enrique Peña Nieto buscó retomar las relaciones con Cuba como en el pasado lo hacían los presidentes priistas.
En 2014, Peña fue de los pocos mandatarios que recibió Fidel Castro en su casa, en el marco de la Cumbre de Estados Latinoamericanos y del Caribe.
Según el mismo ex presidente, el encuentro significaría un relanzamiento de la relación bilateral que “por un momento pareció pasar por un deterioro y que, nuevamente, queremos apoyar este proceso de relación económica y social con Cuba”.
Él estuvo en la isla también para atestiguar la firma del acuerdo de paz en Colombia, en junio de 2016, recordado como un día histórico para América Latina.
Y lo que dejó las cosas en calma fue su participación en la ceremonia luctuosa de Fidel Castro en noviembre de ese mismo año, lo que el gobierno calificó como un reflejo del “aprecio del pueblo mexicano hacia el pueblo cubano y del excelente nivel en que se encuentra la relación entre ambos países”.
ledz