El Congreso de los Diputados español surgido de las elecciones del 23 de julio inició ayer su andadura eligiendo a una socialista para presidirlo gracias al apoyo de los independentistas catalanes, que acercan la posibilidad de un nuevo gobierno de izquierdas dirigido por Pedro Sánchez.
Francina Armengol obtuvo los votos de 178 diputados, dos por encima de la mayoría absoluta, gracias al apoyo de los siete legisladores de Junts per Catalunya, la formación de Carles Puigdemont que representa al ala dura del independentismo catalán.
Armengol derrotó a la candidata del conservador Partido Popular (PP), Cuca Gamarra, pese a que su partido fue el que logró 137 diputados en las elecciones de julio, 16 más que el PSOE, pero cuyas posibilidades de tejer alianzas son más limitadas.
El apoyo de los independentistas de Puigdemont, refugiado en Bélgica desde 2017 y reclamado por la justicia española, se produjo después de un acuerdo que contempla que el catalán y otras lenguas ibéricas puedan usarse en la Cámara de diputados.
Contempla también que Madrid busque que esas lenguas sean de trabajo en la Unión Europea, y crear una comisión de investigación sobre el supuesto espionaje a independentistas catalanes por parte de los servicios de inteligencia españoles.
Más aún, el acuerdo contempla crear una comisión de investigación sobre los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils de 2017, que dejaron 16 muertos.
“Hay que aclarar los vínculos” de los servicios de inteligencia españoles (CNI) “con el imán Es-Saty”, el ideólogo de los ataques, muerto en ellos, y “si los aparatos del Estado tenían información sobre el atentado y aclarar porque no se pudieron evitar”, explicó Junts.
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La elección de la nueva presidenta del Congreso era muy esperada, porque su resultado da una clara indicación de si Sánchez será reelegido en una votación que puede realizarse entre finales de agosto y principios de septiembre.
Puigdemont avisó, en un mensaje en la red social X, que el acuerdo negociado la madrugada del jueves “no puede ir, de ninguna manera, vinculado a la investidura”, por lo que habrá que volver a trabajarse su apoyo.
Un paso más
Se trata del primer asalto de una batalla cuyo resultado depende de los siete diputados de Junts per Catalunya (Juntos por Cataluña), es decir, de Puigdemont, y el siguiente será la investidura del presidente del gobierno.
Esta paradoja es resultado de los inesperados resultados de las elecciones parlamentarias del 23 de julio, en las que el Partido Popular (PP, derecha) de Alberto Núñez Feijóo obtuvo una victoria muy inferior a la esperada.
De cara a una sesión de investidura, los dos bloques, el del gobierno saliente de izquierdas, presidido por Sánchez, y el de la derecha y la extrema derecha, por Núñez Feijóo, parecen estar en medida de contar con el respaldo de 171 diputados cada uno. Además de los siete de Junts, la única legisladora de un partido regional de las islas Canarias serán decisivos.
Esta inesperada situación da el protagonismo a JxCat, que tiene en su mano decidir si Sánchez sigue al frente de España o si habrá que celebrar nuevas elecciones. Se da por prácticamente descartado que JxCat entregue sus votos al PP.
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