En la elección de senador se calcula que siete de cada 10 tamaulipecos no responderán al llamado para acudir a las urnas el domingo 19 de febrero y la participación ciudadana alcanzada en los comicios de gobernador se caiga.
El presidente del Instituto Electoral de Tamaulipas (Ietam) Juan José Ramos Charre, señaló que en el proceso extraordinario de Nayarit, también para una fórmula de senadores, apenas sufragó entre el 12 y el 15% de los electores. “Algunos analistas han referido que ese pudiera ser el porcentaje en nuestro estado, yo creo que es muy bajo, pienso que andaremos en el 30%”.
Destacó que el pasado 5 de junio, Tamaulipas fue ejemplo nacional al registrar, con aproximadamente un 52%, la mayor participación entre los estados que también renovaron gubernatura, como Durango, Hidalgo, Aguascalientes, Quintana Roo y Oaxaca.
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Sin embargo, del abstencionismo se tiene el antecedente de que en 2019, en el proceso intermedio para renovar únicamente el Congreso del Estado para un periodo de dos años, solo votó alrededor del 39% de la lista nominal.
“En la intermedia de diputados locales en el 2019 la participación fue de alrededor del 39%; yo creo que es muy importante que en la medida que los partidos políticos postulen candidaturas competitivas y se generen propuestas y no descalificaciones, eso vuelva atractiva la elección”.
En ese sentido, subraya que la elección del 2023 será para los actores políticos la antesala del 2024 y no jugarán a perder. “Al menos los nombres que he escuchado, suenan interesantes los perfiles, algunos con liderazgo local ya muy probado, se pueden generar ahí importantes tasas de participación ciudadana”.
Ante la posibilidad real de que la participación decaiga, Juan José Ramos comentó que esta elección es un ejercicio que tenemos que asumir con mucha responsabilidad como tamaulipecos y contribuir a que no suceda lo de Nayarit.
“En Tamaulipas esta es una elección que nadie tenía contemplada, se da por circunstancias por demás trágicas, pero cuando hablamos de leyes electorales, el marco legal mandata que si la vacante se da en los primeros cinco años de ejercicio legislativo pues se tiene que elegir una nueva fórmula de senadores”.
Expresa que el reto es, ante todo, la eficiencia en la preparación del proceso electoral, donde una vez más estará a prueba la capacidad del INE para organizar elecciones exitosas.
“El reto sí es por una parte la participación ciudadana, pero más la responsabilidad directa de las autoridades electorales; ser capaces de instalar el 100% de las 4 mil 777 casillas que habrán de aprobarse por allá del 6 de enero, y que estarán integradas con ciudadanos nacidos en noviembre y diciembre, que fueron los insaculados, y por supuesto, que el día de la jornada se reconozcan los resultados”.
Ramos Charre refirió que lo que no es responsabilidad exclusiva de la autoridad electoral son los porcentajes de participación ciudadana, pues también tienen mucho que ver los partidos políticos y sus candidatos.
“Se dispone solo de 60 días para organizar la elección, no es nada, honestamente, para lograr echar a andar un proceso de la magnitud de una elección de gobernadores, si me permites plantearlo así”.
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Sobre Nayarit, comentó es un estado más pequeño y con complejidades operativas menores, y lo que verán los tamaulipecos en las próximas semanas “será un ejercicio impresionante de eficacia operativa del INE para lograr, en menos de dos meses, echar a andar un proceso, como si se tratara de una nueva elección a la gubernatura”.
Agregó que el Ietam ha reportado al Instituto Nacional Electoral sus existencias de líquido indeleble y material que pueda ser aprovechado el 19 de febrero, y se mantendrá al pendiente de cualquier aporte que se requiera en un marco de colaboración institucional.
Dijo que a menos de siete meses de los comicios de senador, en septiembre del próximo año arrancará el proceso electoral de 2024 para renovar alcaldías y Congreso del Estado, por la parte local, mientras que en la cancha federal estará en juego la Presidencia de la República y las cámaras de senadores y diputados.
Será la elección más grande de la historia, pero que además se verá impactada, en mayor o menor medida, por la reforma electoral que se aterrice próximamente y que plantea desafíos inusitados.
SJHN