James Cavallaro , ex presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), lamentó que, en el actual momento que vive México, a 10 años de Ayotzinapa, es más probable que se haya “agudizado” la problemática de las personas separadas de sus hogares.
En un encuentro con normalistas en la Universidad Iberoamericana, en el marco de los 10 años de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Cavallaro recordó el impacto que tuvo en 2014 este caso, al desaparecer más de cuatro decenas de personas en el mismo hecho, lo que involucró a autoridades de todos los niveles de gobierno, incluido el presidente de aquel entonces.
Pero, entre quienes se dedican a defender los derechos humanos, señaló el abogado, es motivo de “inspiración” el esfuerzo de las madres y padres de Ayotzinapa por alcanzar justicia.
Leonel Gutiérrez, hermano de Aldo Gutiérrez, joven que recibió un disparo en el rostro hace 10 años, y que, aunque se cuenta entre los sobrevivientes de la agresión, permanece en estado de coma desde entonces; y Aquilino Florencio Mejía, quien se formaba en la Normal Rural Isidro Burgos cuando se perpetró el mortal ataque contra sus compañeros, también presentaron sus testimonios en el Panel 'A 10 años de Ayotzinapa', que contó con la presencia del Dr. Luis Arriaga Valenzuela, S.J., Rector de la IBERO Ciudad de México.
Cristina Bautista agradeció en náhuatl a la comunidad IBERO por abrir el espacio a la reflexión en torno al caso, ya que, afirmó, este tipo de acciones permite “que no se apague la llama”.
“Es como la leña”, comparó Cristina, quien indicó que como cuando parece que el fuego se apaga, y se le alimenta con leña, la solidaridad de la sociedad es la que mantiene encendido el fuego por el caso.
"Pero mira, aquí estoy, a 10 años sin poder abrazar a mi hijo", fueron las palabras de Cristina Bautista, madre de Benjamín Bautista, uno de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, y una de las invitadas especiales con los que la comunidad de la Universidad Iberoamericana refrendó, a una década de los hechos violentos del 25 y 26 de septiembre de 2014, el compromiso por reivindicar la dignidad de los jóvenes agredidos en Iguala, Guerrero, y la de las y los miles de desaparecidos que hay en México.
La madre de Benjamín contó que hace 10 años, cuando comenzó la búsqueda de los 43, confirmó que son miles las personas en México que están afectadas por la ausencia de una persona, y que llevan años en lucha: “Pensé. ‘no voy a aguantar’”, compartió la activista: “Pero aquí estoy, a 10 años sin poder abrazar a mi hijo”.
La participante del foro agregó que fueron las muestras de apoyo las que le dieron fuerza: “Todo el pueblo de México levantó la voz”, recordó Cristina, quien agradeció que el apoyo se ha extendido a todo el mundo.
Añadió que la ausencia de su hijo, un joven cuyos sueños de ser profesionista motivaron su llegada a la Normal Rural de Ayotzinapa, afecta a toda a su familia, pero la lucha continúa a una década motivada por el amor.
“Queremos la verdad, sea la que sea, pero que sea la verdad”, pidió Cristina, quien lamentó que al paso de los años ya han muerto una madre y cuatro padres.
Aldo Gutiérrez “era un joven como uno de ustedes”, compartió su hermano Leonel al alumnado de la IBERO, posteriormente, dio detalles del esfuerzo diario que su familia emprende para “sacarlo adelante”.
“Nos duele mucho, no perdemos la fe en Dios de que pueda salir adelante”, dijo Aldo frente a una fotografía que muestra a su hermano en coma, la cual, confesó, duele mostrar, pero da cuenta de que Leonel “es una víctima también” de los hechos violentos del 26 de septiembre de 2014.
Y a pesar de que especialistas han dicho a la familia de Leonel que el joven herido de muerte cuando recién iniciaba sus estudios profesionales tiene un estado de “conciencia mínima”, por lo que sus seres queridos deberían estar preparados para cualquier cosa, “la esperanza muere al último, hasta que Dios nos preste vida”, señaló Leonel.