El diputado de Morena, David Bautista, propuso reformar la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales para establecer que la propaganda electoral, colocada en inmuebles de propiedad privada, deberá retirarse o despintarse durante los siete días posteriores a la conclusión de la jornada electoral.
A través de una iniciativa enviada a la Comisión de Gobernación y Población, planteó que la propaganda electoral podrá pintarse siempre que se medie el permiso del propietario.
Precisó que el partido político, candidato registrado o simpatizante que viole lo dispuesto en este artículo, será sancionado en los términos previstos en la presente ley.
En los considerandos, señaló que, antes, durante y mucho después de las campañas electorales se observa la alta propaganda electoral con la pinta de bardas, fachadas, paredes y cercas.
Agregó que estas áreas son habilitadas para la propaganda, pero al carecer de una regularización frecuentemente se puede observar un abuso de estos espacios, pues se dan casos donde se pintan sin permiso de los propietarios o en áreas comunes; en otros casos utilizan más espacio del pactado o se pintan sobre propaganda de un partido político o candidato diferente.
Destacó que la contaminación visual provocada por la publicidad electoral fija ha pasado desapercibida y desatendida desde todos los sectores, generando problemas en la sociedad mexicana.
Indicó que los principales problemas que puede padecer una persona sujeta a contaminación visual son: estrés, dolor de cabeza, mareos y ansiedad. Además, pueden existir otros daños como distracciones peligrosas, especialmente al volante; problemas de atención, disminución de la eficiencia laboral, mal humor y trastornos de agresividad.
Recordó que datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) precisan que 40 por ciento de quienes habitan un departamento u oficina con paisajes desagradables tiende a deprimirse, lo que significa que la contaminación visual puede afectar nuestra salud de manera considerable.
Mencionó que es común observar bardas, fachadas, rejas o paredes con letreros pintados con referencia a campañas políticas de todos los partidos, puestos, colores y nombres, muchos en estado de abandono que demuestran el desinterés de la clase política por evitar la contaminación visual en los lugares por los que hicieron campaña.
Por ello, consideró necesario recurrir al despintado de las bardas y fachadas que fueron ocupadas como proselitismo, ya que “es importante para evitar la contaminación visual en las calles y mantener en condiciones óptimas la infraestructura de los municipios y ciudades”.
LP