Puesteros ganan terreno en calles regiomontanas

Los ambulantes han extendido sus locales hacia los escalones, las banquetas y los cordones vendiendo un universo infinito de productos y mercancía

La pandemia no detiene la venta; cientos de personas acuden día a día a buscar las novedades de temporada. LEONEL ROCHA
Eduardo Mendieta
Monterrey /

Una alberca inflable irrumpe justo en medio de la calle Garibaldi y 15 de Mayo, en el centro de Monterrey, que expende un negocio formal de un empresario de origen árabe, agrandando su local hacia la vía pública, invadiendo e incluso adueñándose de la banqueta y la calle sin mayor problema.

Este botón de muestra se replica en las calles de Monterrey donde cientos de comerciantes formales, algunos de ellos originarios de China, Corea y Arabia Saudita, se han sumado a los 3 mil 500 puesteros amontonados que invaden todo a su paso en el centro de Monterrey, con el ingrediente adicional de la  pandemia por el covid-19.

El cerco y bloqueo es total: calles, banquetas, escalones, rampas, cordones, parquímetros, nomenclaturas, señales de tránsito, infraestructura urbana y en particular la cancelación de la circulación de automóviles por las calles Colegio Civil, Garibaldi y 15 de Mayo. Transitar es ya imposible.

La intrusión de puesteros se da tras cumplirse 10 años de que el entonces alcalde Fernando Larrazabal implementó un macro operativo con el apoyo de más de mil elementos del Ejército, federales, estatales y municipales para retirar a 2 mil ambulantes que ocupaban desde hace 30 años atrás las calles del centro, al decomisar 260 toneladas de mercancía pirata y contrabando.

Los puesteros formales e informales han extendido sus locales hacia los escalones, las banquetas y los cordones vendiendo un universo infinito de productos y mercancía sobre 15 de Mayo, 5 de Mayo, José Garibaldi, Colegio Civil y las avenidas Juárez, Colón y Juan Ignacio Ramón, además de la Alameda.

Los ambulantes volvieron desde la gestión de la ex alcaldesa panista Margarita Arellanes, y que heredó la gestión del priista Adrián de la Garza Santos.

Venden de todo: bocinas bluetooth, speackers multimedia, lámparas leds, cubrebocas, productos de belleza, cosméticos, electrónicos, cables para cargador, accesorios, lentes, audífonos, lipsticks, juguetes, calzado, tenis, chanclas, accesorios para fiestas y animación, guitarras, muñecos de peluche, perfumes pirata, bolsas, mochilas, snacks, tacos y frutas.

A parte de los comerciantes ambulantes, los establecimientos formales se adueñaron de la vía pública y otros permitieron a los informales vender justo frente a sus negocios.

Tal es el caso de negocios que invaden la vía pública de la calle 15 de Mayo como GlamourCreaciones Rodríguez, Juguetes y Novedades El Árabe, Los Reyes Plaza, Party  Jey Jey Super Party Animación.

Ahí el Oxxo está escondido por un mar de productos de calzado, a través de unas 70 cajas de chanclas, tenis  y zapatos y artículos varios que apenas dejan al descubierto una pequeña rendija para que la gente acceda la tienda de conveniencia.

Sobre la calle Colegio Civil un establecimiento formal de nombre Chen Chun Lin invade la  vía pública con juguetes, calzado y chanclas procedentes de china, al igual que Gogos Kids, Monse Kids y Elenne con perfumes y cosméticos.

Otros negocios que bloquean la calle y banquetas son Novedades Luis, Kenia (bolsas, cintos y paraguas), Nishop (mochilas, bolsas y ropa); Novedades los Chilangos (lápices, balones, guitarras y monos de peluche), Se7en Newsware (con bermudas  y ropa), y el  casi oculto Pasaje San José (con ropa).

Una alberca con un costo de 514 pesos invade la calle Garibaldi, a través del negocio Divertí,  el Mundo de Juguete, donde es visible los gritos de uno de sus dueños de ascendencia árabe a sus empleados, que apenas se le entiende.

¿Por qué grita de esa manera, ni se le entiende?, le pregunta el reportero al joven que atiende a los clientes.

“Es árabe”.

¿Es el dueño?

"Sí".

Un puestero ambulante se instala justo en medio de la calle Colegio Civil cortando la fruta que vende, en medio de un charco de aguas negras, aprovechando que ya no pueden ingresar automóviles ante la invasión de los comerciantes informales y formales.

“Ya no entran carros, quién sabe por qué será”, dice el vendedor adulto mayor, quien bloqueaba el acceso a la calle en su cruce con la calle 5 de Mayo.


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