Las expectativas de la opinión pública estuvieron sobre el segundo debate por la Presidencia de México; en el cual se prometió desde un formato diferente obedeciendo a las fallas de la primera edición, hasta un cambio de estrategia de Xóchitl Gálvez.
Y si bien el rendimiento de la candidata de Fuerza y Corazón X México sobresalió del primer encuentro, el segundo round volvió a trascender por los ataques entre candidatas más allá de las propuestas en temas de economía, sustentabilidad y pobreza— los ejes establecidos por el Instituto Nacional Electoral (INE).
La mejoría de Xóchitl Gálvez
Las tendencias en Google Trends se inclinaron al candidato de Movimiento Ciudadano (MC), Jorge Álvarez Máynez, durante el debate presidencial. No obstante, analistas concordaron que la de Fuerza y Corazón X México cumplió lo prometido al mostrar una “mejor versión que la primera”.
“La versión Xóchitl 2.0 es una mujer que ya no necesariamente está hablando al obradorismo. (...) Está hablándole directamente a su electorado (...) pero no le habla a la gran mayoría de este país que, las encuestas muestran, son los obradoristas.”, puntualizó Viri Ríos en un análisis con MILENIO.
La Xóchitl Gálvez 2.0
Aunado a ello, la periodista consideró que los ataques de Gálvez Ruiz contra Sheinbaum Pardo le habrían ‘jugado en contra’, al priorizar dichos cuestionamientos y críticas sobre la exposición de su proyecto de nación. Otras voces de la mesa con Alejandro Domínguez y Elisa Cruz Alanís, como la de Rafael Pérez Gay, afirmaron que “Xóchitl entró duro a atacar” sin ignorar que tanto ella, como los otros dos aspirantes, “no contestaron casi nada de lo que tenía que ver con los bloques”.
“Las candidaturas se asumieron debatientes. Hay más destreza, elasticidad, se prepararon mejor y hubo narrativas. Sí creo que ofrecieron un contraste mejor definido y con menos errores”, comentó al respecto Ricardo Raphael, confesando que “quedaron a deber en los temas” económicos.
En tanto Blanca Heredia opinó que la “notable” mejoría de la candidata de Fuerza y Corazón X México, así como su “ofensiva y sustanciosa línea”, no le habrían servido para ganar el segundo debate presidencial. Y si bien reconoció que este round fue más entretenido que su antecesor, consideró que éste sólo se limitó a ser “un buen espectáculo”.
“No sé si propiamente debate. (...) Yo creo que fue un mejor espectáculo en el sentido que mantenía más la atención, sobre todo la primera parte, después se cayó un poco la atención”.
¿Debate o espectáculo?
El espacio y formato
El segundo debate se llevó a cabo con el “Formato B” aprobado por el Nacional Electoral, aunado a otras modificaciones introducidas a petición de los partidos por los inconvenientes técnicos que abundaron en el primer encuentro. Una serie de cambios que, a opinión de la mesa de discusión de MILENIO, resultaron en un debate más dinámico y ágil en el intercambio de opiniones de la terna.
“Sí creo que nos ofrecieron un contraste mejor definido y con menos errores, tanto en el formato como de las propias candidaturas respecto a lo que habíamos observado en el debate anterior”, apuntó Ricardo Raphael.
Candidatos más preparados, Ricardo Raphael
Pero bajo la óptica de la Dra. Claudia Benassini Félix el formato continuó con áreas de oportunidad desde la selección de la escenografía, la forma en la cual se transmitieron las preguntas de la ciudadanía o la falta de espontaneidad en las y el candidato.
La investigadora de la Universidad La Salle criticó a la ambientalización del foro, en los Estudios Churubusco de la Ciudad de México (CdMx), al señalarla de “inadecuada, carente de sentido y sacada de programas de la década de 1970”. Otra inconformidad de parte se dirigió a los cuestionamientos de las y los ciudadanos, presentados para dicha ocasión en un formato de video que.
`Parecieron fingidas. Se notó que fueron leídas y carentes de naturalidad. Fueron intervenciones forzadas y mal aprovechadas”.
Otro punto donde Benassini identificó “falta de naturalidad” fue en las respuestas de Xóchitl Gálvez, Claudia Sheinbaum y Jorge Álvarez Máynez. Ello, especificó, debido al “formato acartonado con tiempos rígidos” que dirigió al debate y los cuales evidenciaron los ensayos de las y el candidato: “Tampoco pudieron despegarse del teleprompter, lo que les restó seguridad”.
En tanto reconoció el papel de Adriana Pérez Cañedo y Alejandro Cacho como moderadores, resaltando sus intervenciones para “hacer notar errores u omisiones” de las partes participantes; tal y como cuando mostraban cartulinas/gráficos/apoyos visuales durante las participaciones de otros candidatos.
ASG