Las diferencias en el PRD se arreglan a golpes y sillazos. Así ha sido en los últimos tiempos, y este fin de semana no fue diferente durante el 15 Congreso nacional extraordinario.
Incluso, la dirigencia acusó que estaban presentes en el gimnasio Juan de la Barrera “grupos de choque” que, se “presumía”, estaban “armados”.
Pero los jaloneos comenzaron desde el sábado, cuando un grupo de inconformes irrumpió en el presídium durante la discusión de los cambios a los estatutos.
Ayer los organizadores tomaron previsiones y dispusieron de un numeroso equipo de seguridad para custodiar el templete.
Al menos una decena fue colocada debajo del presídium por si intentaban tomarlo de nueva cuenta. Otros tantos, con playeras negras, se encontraban en los costados e incluso frente a los liderazgos perredistas.
Desde la lectura del nuevo documento partidista, un grupo ya les gritaba: “¡corruptos!” y “¡traidores!”, a los que acusaron de ser los dueños del partido. Enseguida, la mayoría respondía a coro: “¡PRD!”, “¡PRD!”.
Unos minutos antes de la una de la tarde, cuando se votaba la modificación de los estatutos, los golpes comenzaron a salir y las sillas a volar de un lado a otro de la carpa acondicionada para este encuentro partidista.
Imágenes ya vistas en reuniones pasadas del PRD por inconformidades en la repartición de candidaturas, ayer fueron por el control del partido.
Para entonces, otro grupo empezó a lanzar botellas de agua a los integrantes del presídium, cuyo personal de seguridad trataba de atrapar todas las que podía para que no golpearan a los liderazgos.
Incluso, una que otra botella se las regresaron a los inconformes. Mientras, una mujer sacó un encendedor y empezó a quemar una playera con los logos del PRD; de inmediato desde el micrófono le pidieron que la apagara, mientras otra perredista aprovechó la distracción para lanzarle agua.
En ese momento, a gritos, unos se acusaban de pertenecer a Morena y otros respondían con la exigencia de que se fueran del partido Los Chuchos, la tribu encabezada por Jesús Ortega y Jesús Zambrano, entre otros.
“¡Quédense con su pinche partido, ya lo hundieron!”, recriminó alguien más.
Tuvieron que declarar un receso de media hora hasta que “existieran las condiciones”.
En este periodo, el partido emitió un comunicado en el cual responsabilizaron de estos hechos a ex militantes del PRD, hoy de Morena, y cercanos a René Bejarano y Dolores Padierna.
El PRD también señaló a personajes afines a Alejandro Sánchez Camacho.
Entonces se reanudó el Congreso: no se permitieron alegatos y se votó a gafete alzado la aprobación de las modificaciones partidistas. El encuentro terminó con el Himno Nacional, que se confundía con los gritos de “traidores”.
“¡Quédense con su pinche partido!”
CRÓNICA
La dirigencia responsabilizó de los desmanes a gente cercana a Bejarano y Padierna.
Ciudad de México /
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