En lo que va de este sexenio, al menos 103 mil 777 millones de pesos se han recortado en diversos programas educativos y se han enfocado a las Becas Benito Juárez, apoyos de los cuales no existe evidencia de mejora en los aprendizajes, advirtió un estudio de Mexicanos Primero.
Además, de acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2023, el monto destinado para educación (Ramo 11) asciende a 402 mil 277 millones de pesos.
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No obstante, para educación básica se propone 74 mil 107 millones de pesos, un monto similar al de hace siete años, ya que aunque el presupuesto para este año aumentó 15 mil 187 millones de pesos, es 10 mil 571 millones de pesos menor que en 2014 y 8 mil 741 millones de pesos menor que en 2015, en términos reales.
En contraste, el 47.1 por ciento del gasto en educación básica se destina a becas, para formación continua de docentes menos del uno por ciento, y para infraestructura el 36 por ciento. En 2014, el gasto a becas era de 39.7 por ciento con apoyo al resto de rubros educativos.
Al presentar el estudio El engaño del presupuesto educativo: robo al aprendizaje de niñas y niños también para el 2023, Fernando Ruiz, director de investigaciones de Mexicanos Primero aseguró que la entrega de becas como instrumento de política pública no cuenta con evidencia de la mejora en la calidad de la educación,
“No hay presupuesto para reforzar y nivelar los aprendizajes, el hecho de que la pandemia obligara a los niños, niñas y jóvenes a llevar a una educación a distancia para lo que no había programa ha generado rezagos en aprendizajes, no solo en materias sino en habilidades muy específicas”, dijo.
El especialista añadió que el 52 por ciento de niños, niñas y jóvenes se encuentra en la pobreza, y la cobertura de becas contradice sus objetivos de focalización.
“La política pública ha transitado a las becas, estas becas en realidad son insuficientes, podemos afirmar que se han sustraído recursos para el aprendizaje. 52 por ciento de la población menor de 18 años se encuentra en pobreza, y la política de becas no se compagina con la focalización, es decir, esta cobertura no está focalizada en toda esta zona de alta marginación. No es que las becas que no sean un buen instrumento, pero funcionan de acuerdo con los beneficiarios”.
“No es dinero propiamente tergiversado, pero al cambiarlo de la inversión programática a las transferencias de dinero, estamos perdiendo el componente del aprendizaje”, explicó.
El recorte de recursos ha afectado a programas con menos recursos o desaparecidos como Escuelas de Tiempo Completo, educación comunitaria y asesorías para aprendizaje en grupos multigrado.
Lo que ha provocado que a 12.9 millones de estudiantes se les haya quitado clases adicionales, comida caliente, asesorías, acompañamiento, inglés, apoyo para la crianza y reforzamiento de aprendizajes.
“Dar becas quitando recursos para el aprendizaje tiene un alto costo para el bienestar futuro de los niños, niñas y jóvenes”, indicó el estudio.
LCR