Recuerdan a Edelmiro Cavazos: “Si estuviera vivo, ya andaría rasguñando la gubernatura”

A 10 años del asesinato del que fuera alcalde de Santiago, sus padres hablaron con MILENIO sobre las metas que alcanzó su hijo, sus pasatiempos y cuáles serían sus aspiraciones.

Don Arturo y doña Rubinia conservan el título y diplomas de su hijo en las paredes de la casa. JAVIER SEPÚLVEDA
Javier Sepúlveda
Santiago /

Su espíritu altruista y su don de gente llevaron a Edelmiro Cavazos Leal a ganar la alcaldía de Santiago en 2009, cuando Nuevo León vivía sus peores momentos debido a la delincuencia organizada, las corporaciones policiacas infiltradas, bloqueos de calles y avenidas, asesinatos y secuestros de civiles inocentes y un cúmulo de delitos asociados, como el cobro de piso a los negocios. 

El alcalde fue secuestrado, según se dijo en su momento, por los propios policías municipales de Santiago, quienes lo habrían entregado a un grupo de la delincuencia organizada y días después, el 18 de agosto de 2010, las autoridades encontraron su cadáver.

Sus padres, Rubinia Leal y Arturo Cavazos habitan la misma casa llena de recuerdos en la cabecera municipal de Santiago, Nuevo León, como si el tiempo no hubiera transcurrido y con un dolor aún latente, que no borran ni el perdón ni el olvido a sus verdugos.

En el comedor de la vivienda hay un espacio especial con fotos, diplomas medallas y todos los reconocimientos que su hijo cosechó en vida.

Se refieren a Edelmiro como si aún esperaran que de pronto apareciera en la puerta con su sonrisa luminosa y algún nuevo proyecto entre manos.

“Lo extrañamos bastante y aunque han pasado casi 10 años, para mí parece que fue ayer; siempre lo traigo conmigo y si no hubiera pasado lo que pasó, quién sabe qué tan lejos estuviera. Yo siempre pensé que lo iba a perder”, expresa con resignación su madre, quien lamenta que su partida abrupta le cambiara la vida a toda la familia.

Y como lo expresaron desde los días inmediatos al crimen, afirman que perdonaron a sus asesinos porque se les castigue o no, Edelmiro ya no regresará más.

“Desde un principio los perdoné de corazón y nunca le he reclamado a Dios por lo que pasó; mi hijo ya había cumplido su ciclo de vida y le dejé las cosas a Dios, le pedí a mi familia no andar reclamando tampoco”, afirma con un dejo de tristeza, mientras lamenta que a los hijos de Edelmiro les haya faltado un padre, “y a nosotros como padres nos quitaron un pedazo del alma”.

En tanto, don Arturo dice que podría escribir un libro con las anécdotas de su hijo desde niño, cuando ya pintaba para abogado por sus dotes de negociador y de ir siempre un paso delante de los demás.

Tiene muy presente que ayudó mucho a sacar adelante la licenciatura en Derecho a dos amigos invidentes a quienes veía como a sus hermanos.

Recuerda que era cooperador, altruista y nunca estaba quieto, como cuando ya siendo alcalde, les llevó víveres en helicóptero a los habitantes de las comunidades que quedaron aisladas en la sierra, tras las lluvias del huracán Alex.

Para Edelmiro, afirma, no había días de descanso porque los domingos en lugar de reposar, llegaba a limpiar la alberca y a lavar las camionetas de la casa paterna.

Sobre el mejor recuerdo de Edelmiro que tienen cada uno de ellos, doña Rubinia afirma que la enseñanza que le dejó es que se le debe demostrar a la persona el afecto que se le tiene en vida.

“Porque ya después no están y el hubiera ya no existe y ya no puede uno ni abrazarlos ni darles un beso, todo debe ser en vida y pues le agradezco a Dios que me dejó estos nietos hermosos, maravillosos y pues en ellos veo el reflejo de mi hijo”.

En tanto, don Arturo celebra que le dejó su forma de ser, su acción, su buena fe, su honestidad y las facultades que tenía para tratar a la gente, para convivir.

“Desde niño tenía el montonón de amigos, esos recuerdos no se me olvidan nunca. Dios lo llenó de muchas cualidades para ser alguien en la vida y para mí, si hubiera seguido, pues ya anduviera rasguñando la gubernatura de Nuevo León”.

En memoria

A 10 años del asesinato de Edelmiro Cavazos Leal, su hijo, Edelmiro Cavazos Valdés lo recordó en redes sociales.

“A 10 años de tu partida, te extraño y te pienso a diario. No sabes la falta que haces, papá. Gracias por siempre velar por mí desde el cielo, gracias por los valores y las enseñanzas que me transmitiste”. 


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