Reyes Rodríguez Mondragón asumió la presidencia del Tribunal Electoral con un primer logro que ni él esperaba: una sorpresiva unanimidad que le dio un respaldo absoluto para asumir la responsabilidad de darle certeza al cambio de la Presidencia de la República en el 2024 y en sus propias palabras, de “apagar las presiones externas” y fortalecer la independencia de las y los magistrados.
Dejó claro que veía la presidencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) “no como una función de empoderamiento personal, sino como una tarea de promoción de empoderamiento colectivo”, por lo que pidió el respaldo de sus pares para lograr en conjunto, fortalecer la independencia, autonomía e imparcialidad de su actuar y sus sentencias como última instancia en materia electoral.
“Esta es la hora de fortalecer la independencia judicial, y el papel fundamental que juega el tribunal como garante de una democracia igualitaria e incluyente. Esta es la hora de afianzar la imparcialidad y la autonomía del órgano, para fortalecerlo como un auténtico tribunal de derecho.
“Esta es la hora de apagar cualquier atisbo de influencias externas o presiones de poderes fácticos para fortalecer la credibilidad y confiablidad de sus decisiones. Sólo así, podremos servir auténticamente a la sociedad con la misión que nos ha encomendado, como órgano de justicia electoral de última instancia”.
Minutos antes de iniciar la sesión privada para la que fueron convocados de manera virtual, el magistrado José Luis Vargas publicó un par de tuits en los que exhibió que Felipe Fuentes Barrera no respondió al correo que envió la noche del miércoles solicitando que la votación para elegir la nueva presidencia fuera pública y así, se cumpliera con una transparencia total. Sin embargo, los tuits sólo permanecieron cuatro minutos pues Vargas reviró en dos errores.
Primero, que su solicitud debió ser a Janine Otálora, quien en calidad de decana dirigía la sesión como presidenta por ministerio de ley y segundo, que sí había recibido respuesta por parte de Fuentes explicándole lo mismo, que su presidencia interina concluyó el 1 de septiembre y no podía decidir sobre su petición.
A las 10:10 de la mañana la sesión comenzó aún con Reyes Rodríguez Mondragón e Indalfer Infante Gonzáles como propuestas para presidir el tribunal, y con Vargas Valdez de vacaciones, quien insistió en hacer pública la sesión, para lo que la magistrada Mónica Soto solicitó un receso que se decretó a las 10:00 y regresaron a las 11:08.
MILENIO confirmó que durante el receso, Rodríguez Mondragón y Vargas Valdez sostuvieron una reunión en la que llegaron a un acuerdo para llevar una sesión en calma y que de verdad fortaleciera la institucionalidad del TEPJF.
Indalfer Infante desistió de sus aspiraciones al percatarse que no obtendría más allá de su propio voto, por lo que anunció al llamado G5 que se sumaría al bloque a favor de Reyes.
Antes de votar, Rodríguez Mondragón expuso su visión de presidencia y su plan de trabajo, señaló que, aunque “no es un secreto que el Tribunal atraviesa por momentos críticos”, esto se puede remediar con reglas claras y trabajo en conjunto, por lo que destacó que su convicción es sumar fuerzas para fortalecer la institución y articular consensos.
“La ciudadanía espera de nosotros consistencia en la aplicación de los criterios jurisdiccionales, para generar certidumbre en los actores respecto a la interpretación de la norma jurídica. La ciudadanía espera de nosotros que interpretemos el sentido de las normas constitucionales, y armonicemos sus contenidos para establecer equilibrios en el sistema de derechos y libertades.
“La ciudadanía espera de nosotros la capacidad para proteger a las minorías políticas, a fin de garantizar la pluralidad y una democracia más sólida e incluyente. La legitimidad se construye con debates de altura, no son decisiones tomadas por imposición, y menos aún, por injerencias o presiones externas”.
Y detalló que su plan para reformar el TEPJF está “inspirado” en la reforma del Poder Judicial que encabeza el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, que busca mejorar los procesos internos y sobre todo, que la presidencia no acapare funciones sino que por el contrario, fortalezca las siete magistraturas, para que de forma colegiada puedan "hacer frente a las presiones externas que amenazan la independencia de este órgano”.
Cada una de las y los magistrados tomaron la palabra para explicar su voto y su visión de lo que debe ser a partir de ahora la Sala Superior, luego de la exhibición de sus divisiones que llevó hasta la destitución de José Luis Vargas de la presidencia acusándolo de traiciones y excesos, en una sesión con una mayoría que no estaba dispuesta a tolerar más decisiones unilaterales.
En su turno, Vargas Valdez sostuvo que sería institucional y como lo dijo en su carta de renuncia, respaldaría la presidencia que sus pares consideraran la mejor, por lo que manifestó su voto por Reyes. La magistrada Mónica Soto volvió a llamar al diálogo y a pedir que existiera respeto para todos, e Indalfer Infante consideró que eran tiempos de dejar atrás la división y avanzar con dignidad.
Janine Otálora, Felipe Fuentes y Felipe de la Mata Pizaña le desearon suerte a su amigo y compañero. Otálora le tomó protesta a Rodríguez Mondragón y le entregó la presidencia que ocupará hasta el último día de octubre de 2024.
“Es un honor y un desafío asumir esta responsabilidad, particularmente en estos tiempos en los que nuestra democracia se torna cada día más dinámica y también más demandante de autoridades electorales independientes e imparciales”, agregó el nuevo presidente de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
ledz