Dedicado al doctor Lorenzo de Anda, quien ayudó mucho a Ricardo.
El regiomontano Ricardo Aldape Guerra se convirtió en el primer mexicano en salvarse de la pena de muerte a través de un indulto, concedido por el entonces gobernador texano, George W. Bush. A continuación, algunas fechas clave en este caso:
16 de octubre de 1982
Gritando ser inocente y cuyas palabras rebotaban en las paredes y en los oídos de sus custodios como macabra matatena, Ricardo Aldape Guerra, de 20 años de edad, originario de Monterrey, y que viajó de ilegal a los Estados Unidos en busca de mejores horizontes atraído por el espejismo del dólar, está por encontrar la muerte mediante la inyección venenosa, según sentencia el juez federal Henry Oncken, quien dijo que por ser una amenaza a la sociedad debería ser ejecutado en lugar de ser condenado a cadena perpetua.
Meses antes, en el noticiero institucional de Canal 12, ahora llamado Telediario, habíamos transmitido un reportaje realizado en Houston, Texas, en el que entrevistamos a los abogados defensores de Ricardo Aldape, después de entrevistar en Monterrey a doña Francisca y a don Aurelio, padres de Ricardo.
Según el fiscal Bob Mohen, Aldape Guerra mató a balazos al policía James Harris el 13 de julio de 1982, cuando fue detenido junto con Roberto Carrasco Flores, de 27 años de edad, por una infracción de tránsito. Los autores de esta escena de violencia huyeron a pie y uno de ellos disparó contra un vehículo que pasaba por allí, dando muerte al conductor.
En el tiroteo murió Carrasco Flores y otro policía resultó herido. El fiscal se tomó la libertad de mandar fabricar muñecos al tamaño de Flores y Aldape con las características de ellos a un costo de siete mil dólares cada uno, para presentarlos al jurado.
21 de octubre de 1982
“Juro que yo no maté a nadie, créanme, se me acusa de algo que no soy culpable. Insisto, soy inocente, se está cometiendo una injusticia en mi contra”, dijo el joven Ricardo y se puso a llorar.
Los diputados de Nuevo León, Luis Eugenio Todd, Alejandro Lambretón y Juventino González visitaron en la cárcel de Houston, Texas, al joven Ricardo Aldape.
Danna Monroe, una afroamericana integrante del jurado, se retractó de declararlo culpable, al señalar que se sintió presionada por el resto del jurado, y eso fue motivo para suspender la ejecución de Aldape.
10 de mayo de 1992
“Mi caso no está perdido”. Ricardo Aldape concede la entrevista a El Diario de Monterrey encadenado de pies y manos. El presidente Carlos Salinas de Gortari aboga por Aldape y envía una misiva a Ann Richards, gobernadora de Texas, en la que expresa su solidaridad y esperanza de que fructifiquen sus gestiones y se suspenda la ejecución, que aplazan ahora para el 24 de septiembre de 1992.
17 de abril de 1997
¡Por fin en Monterrey! Tras 15 años de permanecer recluido en una cárcel texana, el regiomontano Ricardo Aldape Guerra fue liberado, por lo que llegó a territorio mexicano con la esperanza de iniciar una nueva vida.
A las 19:00 llegó al Aeropuerto Internacional Mariano Escobedo en su última odisea, iniciada a las 09:15 cuando indultado finalmente por el gobernador de Texas, George W. Bush, dejó las celdas del Condado de Harris, en Houston, Texas.
Al llegar a Monterrey fue trasladado en un vehículo particular, acompañado del gobernador Benjamín Clariond, que a manera de reportero nos puso al teléfono a Ricardo, a quien entrevistamos largamente en directo a través de Telediario, hasta que llegó a su casa en la colonia Moderna.
22 de agosto de 1997
Aldape murió en un accidente cuando regresaba de la Ciudad de México. Se estrelló contra un camión de carga en el kilómetro 18.7, entre Matehuala y El Huizache, en San Luis Potosí.