Tecnificar el agro en Nuevo León llevaría a eficiencias de riego superiores a 90 por ciento, lo cual permitiría recuperar aproximadamente 67 por ciento del agua que no se aprovecha actualmente, señaló Francisco X. Valdés Simancas, consultor y desarrollador para sistemas de sustentabilidad.
Actualmente, dijo, Nuevo León tiene 113 mil hectáreas bajo riego y los datos más recientes indican que el agro en el estado usa mil 480 millones de metros cúbicos de agua, mientras que toda la zona urbana de Monterrey utiliza 430 millones de metros cúbicos, lo que significa tres veces más.
“Al momento de tecnificar el agro se bajaría el consumo de agua a una tercera parte; además, el agua residual la podemos recuperar para la agricultura, pero restringida, cuidando mucho los patógenos”, indicó.
Al respecto, comentó que si se pudiera instrumentar tecnología de punta, como el riego por goteo, además de otras iniciativas, realmente se haría eficiente el agro.
En entrevista con la plataformaMILENIO-Multimedios, el especialista mencionó que ha planteado a las autoridades la propuesta de tecnificar el agro, en particular unas cinco mil hectáreas.
También habló de aplicar una técnica llamada reuso indirecto de agua potable humano, que consiste en darle un tratamiento terciario al agua captada para convertirla en potable.
Estimó que tecnificar 113 mil hectáreas del campo al nivel que se desea requiere de aproximadamente 34 mil millones de pesos en una sola ocasión.
“Realmente, si hay voluntad política y recursos económicos se podría lograr esto en un lapso de seis años”, indicó Valdés Simancas.
Dijo que como consultor se dedica a realizar la arquitectura de todo el proyecto, así como la gestión del mismo.
También recomendó instrumentar tecnificación en el río Pesquería y en distritos en el municipio de Los Ramones, de igual manera expresó que en el Distrito 031 Las Lajas una agua muy bien tratada daría “oportunidad de liberar 55 millones de metros cúbicos adicionales”.
El consultor hídrico expresó además que aumentar el rendimiento de los cultivos se traduce en mayor absorción de CO2, por lo que se podrían absorber cerca de 3.4 millones de toneladas anuales de CO2.