La suspensión de clases presenciales a consecuencia de la pandemia por covid-19, provoca que los niños y niñas de más bajos recursos tengan casi cinco veces más probabilidades de no regresar a la escuela primaria que los estudiantes con más recursos, advirtió la organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
En colaboración con la UNICEF, el Banco Mundial y el Programa Mundial de Alimentos, la UNESCO elaboró un documento marco para la reapertura de escuelas, en el que advierte que cuanto más tiempo estén los niños marginados fuera de la escuela, más riesgo existe de embarazo adolescente, explotación sexual, matrimonio infantil, violencia y otras amenazas.
“Además, los cierres prolongados perturban los servicios esenciales de las escuelas, como la inmunización, la alimentación escolar y el apoyo psicosocial y de salud mental, y pueden causar estrés y ansiedad debido a la pérdida de la interacción con los compañeros y a la alteración de las rutinas”, señaló.
Ante ello, recomienda que una vez que los gobiernos realicen las valoraciones pertinentes para levantar el confinamiento, en el caso de la reapertura de escuelas, las autoridades educativas deberán realizar encuestas de respuesta rápida que les permita allegarse rápidamente de información crítica sobre la manera en que las escuelas, los docentes, estudiantes y comunidades están haciendo frente a la pandemia.
Las encuestas rápidas se deberán aplicar a los dirigentes escolares y locales, los profesores, estudiantes y padres de familia.
Con base en esa información, las autoridades deben evaluar la mejor manera de apoyar en el aprendizaje y el bienestar en cada contexto, considerando especialmente los beneficios de la instrucción en el aula frente al aprendizaje a distancia, y frente a los factores de riesgo relacionados con la reapertura de escuelas.
Explicó que una vez que se hayan identificado las escuelas seleccionadas para su reapertura, se deberá utilizar seis dimensiones claves para evaluar su estado de preparación: política, financiación, operaciones seguras, aprendizaje, ¿cómo llegara los más vulnerables?, y bienestar y protección.
En la fase previa a la reapertura, la UNESCO recomienda proporcionar una orientación nacional clara sobre los parámetros para la adopción de decisiones sobre la apertura de escuelas. Recalca que tal vez sea necesario que sean progresivas, empezando por las zonas con las tasas de transmisión más bajas y el menor riesgo localizado.
“La apertura de escuelas también puede ser escalonada; por ejemplo, podría limitarse inicialmente a unos pocos días a la semana, o aplicarse sólo a determinados grados o niveles. Las políticas nacionales deberían proporcionar una orientación clara para la evaluación y la adopción de decisiones a nivel subnacional.
Una vez reabiertas, la organización recomienda invertir en la infraestructura para que las escuelas cuenten con agua potable, drenaje y suministros de limpieza.
“Capacitar al personal administrativo y a los maestros en la aplicación del distanciamiento social y las prácticas de higiene escolar y aumentar el personal de las escuelas según sea necesario. El personal de limpieza también debe recibir capacitación en materia de desinfección y estar equipado con equipo de protección personal en la medida de lo posible”, expone.