La creciente preocupación por el acceso a minerales esenciales para el desarrollo tecnológico y la transición energética ha abierto una oportunidad para redefinir el concepto de "minerales críticos".
De acuerdo con Roberto Guzmán García, experto en el tema, es necesario diferenciar entre aquellos que son verdaderamente vitales para un país y aquellos cuya importancia es relativa, lo que permitiría establecer estrategias más eficaces para su aprovechamiento.
Durante la conferencia Mining Indaba 2025 en Ciudad del Cabo, se destacó que un mineral es crítico cuando no existen reservas domésticas suficientes, los aliados estratégicos tampoco cuentan con los recursos necesarios y no se tiene control sobre la cadena de suministro. Frente a este desafío, Guzmán García subraya la importancia de que los países adopten una visión proactiva para fortalecer su acceso a estos recursos esenciales.
La distinción entre minerales críticos y minerales esenciales, conocida en el análisis de mercado como 'core minerals', es clave para estructurar políticas efectivas. Mientras que estos últimos pueden ser suministrados por el mercado con relativa estabilidad, los minerales críticos exigen una intervención estratégica.
En este contexto, China ha logrado consolidar su dominio mediante inversiones en minas, infraestructura y plantas de procesamiento, ofreciendo un modelo que podría adaptarse en otras regiones con los ajustes necesarios.
El caso del litio, el cobalto, el níquel y las tierras raras muestra la importancia de la planificación a largo plazo. China ha asegurado su suministro de estos recursos, mientras que Estados Unidos y la Unión Europea deben reforzar sus estrategias para garantizar un abastecimiento seguro y estable.
Esto implica desarrollar alianzas con países productores, impulsar la exploración de nuevas reservas y fomentar la investigación en tecnologías alternativas que reduzcan la dependencia de ciertos minerales.
Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), la demanda global de minerales críticos podría triplicarse para 2040 debido a la creciente adopción de tecnologías limpias. Particularmente, el litio y el cobalto han registrado un incremento del 40 por ciento en su demanda solo en los últimos cinco años.
Además, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), la producción mundial de níquel alcanzó los 3.3 millones de toneladas en 2023, con Indonesia y Filipinas como los principales productores. Estos datos reflejan la necesidad de estrategias efectivas para garantizar la disponibilidad de estos recursos en el largo plazo.
Para Roberto Guzmán García, los gobiernos deben transitar de la reacción a la acción.
“No se trata solo de identificar minerales críticos, sino de construir estrategias integrales que garanticen su acceso de manera sostenible y competitiva”, enfatiza el experto.
“La combinación de financiamiento a largo plazo, incentivos para la minería responsable y acuerdos comerciales equilibrados permitiría a Occidente mejorar su posición en la cadena de suministro global” concluye.
IOGE