Moscú admitió ayer por primera vez que quiere crear un corredor terrestre desde la región ucraniana de Donbás, en el este del país invadido, a la anexionada península de Crimea y reveló que su plan que incluye tomar el sur para unirlo con la región separatista prorrusa de Transnistria, en Moldavia, según un alto mando militar.
“Desde el inició de la segunda fase de la operación especial, que comenzó hace dos días, una de la tareas del ejército ruso es establecer el pleno control sobre el Donbás y el sur de Ucrania”, señaló el comandante en funciones del Distrito Militar Central de Rusia, general mayor Rustam Minnekéyev.
El control total sobre el este y sur de Ucrania “permitirá establecer un corredor terrestre a Crimea y ganar influencia sobre instalaciones vitales de la economía ucraniana y los puertos del mar Negro a través de los cuales se envían los productos agrícolas y metalúrgicos a otros países”, según el general.
Minnekéyev aseguró que “el control sobre el sur de Ucrania es además una vía de acceder a Transnistria”.
El Kremlin no ha confirmado ni desmentido las palabras del general mayor.
Ucrania denunció el “imperialismo” ruso y destacó que Moscú ha revelado sus verdaderas intenciones de su ofensiva militar.
Por su parte, la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dirigida por Michelle Bachelet, informó que ve “evidencias crecientes” de crímenes de guerra en Ucrania por parte de las tropas rusas.
En ese tenor, el alcalde de la ciudad ucraniana de Mariupol, Vadym Boychenko, denunció la existencia de una gran fosa común en la que estima hay entre 3 mil y 9 mil cadáveres.