Con la imagen del Benemérito de las Américas a sus espaldas, Salomón Jara, precandidato de Morena al gobierno de Oaxaca se define como indígena zapoteco admirador del ex presidente Benito Juárez “porque nunca se rajó”. Y dijo que quiere gobernar la entidad porque conoce sus caminos, escuelas y las problemáticas.
A finales de agosto de este año, el senador con licencia tuvo un dolor muy fuerte de cabeza provocando su traslado al Hospital Adolfo López Mateos del ISSSTE, donde fue intervenido quirúrgicamente, y un par de semanas después se reincorporó a sus actividades legislativas.
En entrevista con MILENO, el ingeniero químico por el IPN y fundador del Movimiento de Regeneración Nacional aseguró que esta capacitado para gobernar Oaxaca, porque conoce sus problemáticas “conozco los 570 municipios, los he visitado en tres ocasiones, una con el presidente Andrés Manuel López Obrador, la segunda en 2016 cuando fui candidato a gobernador y después de 2018 recorrí Oaxaca para darle agradecimiento a todos los municipios por el apoyo que me dieron para llegar al Senado, “soy un hombre agradecido, porque el pueblo nos da todo, nos da su confianza, su cariño y su amor, y nosotros tenemos que dar lo mismo”.
Se dijo admirador del presidente López Obrador y comentó que se identifica con su paisano Benito Juárez.
“Benito Juárez era un hombre estudioso, terco y jamás se rindió ante los momentos más difíciles cuando los conservadores invitaron a Maximiliano a México, a que tuviéramos un imperio, y Juárez no se rajó, siguió, a pesar de que muchos pensaron que no había ninguna posibilidad de recuperar este país, su ejemplo es único en el mundo”, afirmó.
¿Se identifica con Juárez, porque no se raja en nada?, se le preguntó en su oficina en el Senado previo a que solicitara licencia.
"Sí claro, yo me identifico con él, en la vida nunca hay que rajarse en nada, a pesar de que uno esté en condiciones derrotadas, hay que recuperarse. Juárez lo hizo con Santa Ana, y el triunfo fue contundente.
Mencionó que la pandemia de covid-19 provocó una cercanía con su esposa y sus hijos y acercarse a su vida en el campo que abandonó desde los seis años.
“La pandemia me dejó más cercanía con mi familia, con la naturaleza y el campo. Nos dimos tiempo para cosas personales, platicar más, reflexionar las cosas buenas y las no tanto, que hemos hecho, para mejorar. Me gusta mucho el trabajo en el campo, me fui a sembrar cafetales, caña de azúcar, árboles frutales, naranja, guanábana, mi abuelo me enseñó a sembrar y hacer piloncillo”, platicó.
Señaló que le gustan los libros y aprovechó su tiempo para volver a leer Las venas abiertas de Eduardo Galeano; y A mitad del camino del presidente Andrés Manuel López Obrador.
También en su tiempo libre aprovecha para escuchar todo tipo de música, “salsa, instrumental, pero lo que más me gusta son los sones de mi tierra, del Istmo, de la Sierra Juárez. Si voy en carretera la pongo. En Oaxaca tenemos una riqueza cultural de música, arte, poetas, tenemos de todo”.
El encierro por la pandemia también lo llevó a meterse a la cocina, el sazón, dice que lo heredó de su mamá, “es el mejor sazón del mundo”, su comida favorita es el caldo de guajolote, el mole de caderas y caldo de costilla.
Recordó que su niñez la pasó en el municipio de Betaza y nunca pensó en dedicarse a la política hasta que creció y comenzó a estudiar, “lo más cercano era ser maestro o tener la posibilidad de ser alguien, pero pensar en ser doctor, ser ingeniero ya era un sueño muy grande. En nuestros pueblos esa visión no estaba al alcance de nadie”.
El senador mencionó que le llamó la atención la política al ver los contrastes de la zona rural con la urbana, “en Oaxaca es muy intensa política con las organizaciones sociales y personalidades, eso me cuestionaban y al final del día vi que había necesidad de luchar y organizarse”.
Jara es uno de siete hermanos (4 mujeres y 3 hombres) y recuerda que con ellos juagaba futbol, canicas y trompo, “éramos traviesos, salíamos sin permiso de mi mamá, que era la que nos cuidaba y a jugar, divertirnos. Al regresar nos pegaban, nos regañaban y los cinturonazos, ahora ya ha cambiado todo”.
Recordó que cuando él era menor la inseguridad no era tanta como ahora, “el transporte era mínimo, pasaba un carro cada cuatro, cinco, seis horas. Antes podías salir a la calle a jugar, hoy la inseguridad ha crecido, ahora hay mayor peligro en la calle, las condiciones son diferentes”.
Consideró que independientemente de la nueva normalidad provocada por la pandemia de covid-19 “los niños no pueden salir a las calles, los padres estamos preocupados ya no es tan fácil salir a jugar a las calles, no solo de Oaxaca sino de todo el país”.
Recordó que práctico el atletismo de muy joven, “a veces corro más de 5 mil metros, ahora estoy bien físicamente, pero a veces los golpes de la vida también pegan”.
LG