El Instituto Belisario Domínguez (IBD) del Senado promueve la emisión de bonos verdes para que gobiernos locales impulsen proyectos que mitiguen los efectos del cambio climático y al mismo tiempo reporten beneficios económicos a la población.
El estudio titulado Bonos verdes y financiamiento de proyectos públicos locales, elaborado por la Dirección General de Finanzas del instituto, apunta que dada la escasez de recursos públicos es necesario identificar nuevas fuentes de financiamiento de proyectos de infraestructura específica que ofrezcan seguridad y un rendimiento atractivo a inversionistas.
Mediante un comunicado, el IBD explicó que estas emisiones se han convertido en una alternativa para el impulso de dichos proyectos; sin embargo, se requiere de una estrecha colaboración entre los gobiernos federales, locales y los sistemas financieros público y privado.
Entre los obstáculos que enfrentan los bonos verdes se encuentra la falta de conocimiento sobre sus beneficios, costos para cubrir los requerimientos de los proyectos, escasez de calificaciones, así como una oferta insuficiente tanto de inversionistas locales como extranjeros.
La investigación destaca el papel de la banca de desarrollo para resolver las fallas del mercado, el tamaño limitado del mercado y la atracción de capital privado y de inversionistas institucionales.
El instituto explicó que la llegada de los bonos verdes a México ocurrió en medio del compromiso adquirido para producir hasta 35% de la electricidad total con energías renovables para 2024. En el país, Rotoplas y BBVA Bancomer han incursionado en este tipo de instrumentos, así como el gobierno de la Ciudad de México y FIRA (este último para financiar proyectos de agricultura protegida).
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