Joaquín López Dóriga hace un espacio en su agenda, se acomoda para la entrevista en el estudio de MILENIO y apenas empieza a hablar proyecta la pasión que ha dado a cada cobertura desde aquel 2 de octubre, cuando inició la historia que hoy suma 50 años.
Con este festejo por tus 50 años de trayectoria se te ha preguntado de todo. Tú siempre eres el que preguntas, como bien acotas...
Yo sé preguntar, no contestar.
Estoy segura de que tienes la posibilidad de contar tantas cosas. Por ejemplo, cuando te escucho en la radio, yo te contesto. ¿Te han dicho eso antes?
Yo lo que quiero hacer es que si estás en casa, estar sentado a tu lado contándote historias. Y si vas en el coche manejando, también quiero contarte historias.
Me encanta que uses el término historias, porque siempre me ha parecido, y me remito a tu experiencia, que un buen periodismo tiene que estar compuesto de historias. Para que la gente esté interesada, no puedes solo aventar datos ¿Tú que has aprendido sobre cómo hacer que esto funcione mejor en 50 años?
Son las historias del día con día, ahora parecen las historias de hora con hora o las de un minuto con otro minuto, por la velocidad con la que corren las cosas y la velocidad a la que tienes acceso a la información en tiempo real.
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En retrospectiva, ¿ha mejorado o empeorado nuestra capacidad de narrar estas historias y de comprenderlas en todo este tiempo?
Mira, de narrarlas yo creo que hay grandes cronistas, grandes narradores. Y de entenderlas, lo que no hay es tiempo, porque estás digiriendo una historia y ya tienes otra encima, y la tienes por cinco fuentes diferentes y a veces cinco historias diferentes, simultáneas.
Entonces, sí hay un problema de asimilación o de dedicarle un tiempo. Al mismo tiempo te estás enterando que eligen al nuevo presidente de Brasil, que hay un conflicto en la frontera con inmigrantes y que hubo violencia, que la encuesta del aeropuerto dijo que no a Texcoco. Que Macron dijo que no hay un visto bueno de la compatibilidad de Santa Lucía con Benito Juárez, que Trump regaña al manager de los Dodgers porque sacó en destiempo al pitcher.
Me quiero ir al principio. El Heraldo de México en aquel entonces, otro Heraldo, otros momentos, un muy joven... ¿Qué tenías, 20, 21 años
Acababa de cumplir 20 años...
Y acabaste en la Plaza de las Tres Culturas...
De hecho empecé aquí atrás, en la Ciudadela, porque aquí fue el primer conflicto, a finales de julio, entre estudiantes de la secundaria y preparatoria Isaac Ochoterena de la UNAM y la Voca del Politécnico. Empezó la pelea y llegaron los granaderos y entonces los estudiantes apedrean a los granaderos y luego vino el 26 de julio y se conflictuó aún más y luego ya fue hasta la tarde del 2 de octubre, hasta la mañana del 3 de octubre.
¿Qué tanto poder tenemos realmente los que participamos en el cuarto poder?
El cuarto poder no existe, ese es un invento. Nunca ha existido el cuarto poder. Hay algunos que aprovechándose de esto lo han hecho parecer un poder, para evadir desde una multa de tránsito hasta que no te lleven a una delegación. Este no es un poder, es un privilegio.
El privilegio mayor es ser testigo de la historia desde la primera fila y en tiempo real.
Te pierdes en la cobertura...
Siempre me pasa en el trabajo. Puedo decir con mucho orgullo que nunca falté al noticiero de la noche, ni al radio.