Uno a uno, los actuales y futuros altos mandos de las fuerzas armadas mexicanas realizaron el saludo militar —expresión más elevada de respeto en el ámbito castrense—, a Claudia Sheinbaum y al presidente Andrés Manuel López Obrador, en el Heroico Colegio Militar. Lo mismo hicieron miles de elementos de tropa.
Sheinbaum sigue rompiendo patrones, moldes y tabúes. En un acto inédito, se convirtió en la primera presidenta electa y próxima comandanta suprema de las Fuerzas Armadas que emite un discurso ante miles de militares y marinos.
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Dentro de 20 días, será la primera mujer en representar la máxima autoridad en dos de las instituciones más tradicionales de México:
- Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)
- Secretaría de Marina (Semar).
Más de 21 mil 900 elementos del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, Marina y Guardia Nacional, colocados, con el orden milimétrico que caracteriza a la disciplina castrense, a lo largo de la Plaza de Maniobras, escucharon a la futura mandataria por casi 20 minutos.
Sheinbaum salió a escena. Todas las miradas estaban sobre ella. Con el presidente López Obrador, se situó en el centro del presidium, integrado por 10 lugares. En tanto, los actuales y próximos secretarios de Defensa y Marina, miembros de gabinete y jefe de Gobierno de la Ciudad de México, estuvieron a los costados.
Sonaron las trompetas y se realizaron los honores. Claudia tomó la palabra.
“En unos cuantos días recibiré orgullosamente la banda presidencial de manos del presidente Andrés Manuel López Obrador (…) Es la primera vez que México tendrá una mujer presidenta y, por tanto, una comandanta suprema de las Fuerzas Armadas. Ello refleja, también, la profunda transformación que está viviendo nuestro país”.
Sheinbaum sabe que, a partir del 1 de octubre, tendrá la última palabra en dos instituciones que agrupan a más de 350 mil efectivos reales.
Consciente de la responsabilidad que esto implica, Sheinbaum reflexionó sobre el origen del Ejército mexicano y se identificó con los uniformados, al destacar que ellos vienen de una revolución social, de la lucha por la democracia, de la defensa del pueblo por sus derechos y de la justicia social.
“Las instituciones de las que ustedes forman parte, a diferencia de muchos otros ejércitos en el mundo, no vienen de las élites, sino que tienen un origen popular y este se ha mantenido hasta la fecha", resaltó.
Después de atrapar la atención de mandos y personal de tropa, Claudia tocó fibras sensibles entre el personal castrense al pronunciar una frase del general Ignacio Zaragoza: “en la gloriosa Batalla de Puebla contra el ejército francés le dijo a los combatientes: ‘Tenemos enfrente al mejor ejército del mundo, pero nosotros somos los mejores hijos de México’”.
El mensaje también estuvo dirigido a las miles de mujeres que integran las fuerzas armadas. Mencionó a Adela Velarde, quien comenzó como enfermera en el movimiento revolucionario, pero después formó un grupo armado de mujeres, conocidas como Las Adelitas.
“También, en este sexenio, las fuerzas armadas han visto más mujeres participar en todos los ámbitos. Y estoy segura de que seguirá así, porque las personas en las fuerzas armadas tienen capacidad, voluntad y un compromiso inquebrantable” subrayó.
Al final de su discurso, Sheinbaum adelantó que continuará convocando a las fuerzas armadas a que apoyen en la construcción de grandes proyectos estratégicos como trenes de pasajeros y puertos. “Son y van a seguir siendo los tiempos de las hazañas pacíficas,” dijo.
Concluyó con la promesa de que nunca exigirá que se “vulnere el orden constitucional o los derechos humanos de nuestro pueblo.”
“¡Que vivan las fuerzas armadas!, ¡Que viva México!, ¡Que viva México!, ¡Que viva México!”, remató.
Posteriormente, como es habitual en las últimas fechas, López Obrador elogió a la próxima presidenta de México, a quien nombró como próxima comandanta suprema, así, con a.
“Yo no me equivoqué, y la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, próxima presidenta constitucional y comandanta suprema de las Fuerzas Armadas, tampoco se va a equivocar.”
El tema del género, cuentan en las fuerzas armadas , es algo zanjado y hay quienes evocan un ejemplo de la serie Band of Brothers para explicarlo. Se trata de una frase que deja en claro que en el asunto de lealtades no hay preferencias: "se saluda al rango, no a la persona".
RM