El balasto de la Línea 12 del Metro sobrecargó con 7 mil toneladas las 10 estaciones del viaducto elevado que van de Culhuacán a Tláhuac, lo que desgastó columnas y planchas de la obra civil.
De acuerdo a datos de la Secretaría de Obras y Servicio de Ciudad de México a los que tuvo acceso MILENIO, el balasto colocado en la primera rehabilitación en 2014-2015, durante la administración de Miguel Ángel Mancera, "tenía una vida útil de 20 años", sin embargo, se le detectaron "defectos en menos de dos años".
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El primer reporte de la empresa DNV, encargada del peritaje sobre las causas del colapso de un tramo de la llamada Línea Dorada, inspeccionó que el balasto en la zona del incidente y confirmó "una apariencia más redonda (quizás debido al desgaste)".
"La mayor parte del balasto observado parece adecuado para su propósito, proporcionando asentamiento y absorbiendo la vibración de la interfaz rueda-carril", detalla.
El balasto colocado en la Línea 12 tras su primera rehabilitación en 2014-2015 era más pesado que el requerido por lo que sobrecargo el viaducto elevado hasta en 7 mil toneladas, la decisión fue del entonces titular de Obras y Servicios Alfredo Hernández, (inhabilitado en 2016 por tres años para desempeñar cualquier cargo dentro de la administración pública por haber otorgado contratos a una empresa de la cual era directora comercial su esposa, Erika Molina Barragán) y el director del Metro, Joel Ortega, quienes eligieron los componentes que sobrecargaron el peso de la estructura, principalmente del viaducto elevado.
Esta selección de materiales pesados se suman a las reveladas por MILENIO, como durmientes, fijaciones, rieles que sobrecargaron la llamada Línea Dorada con 2 mil 367 toneladas.
La Secretaría de Obras y Servicios de la capital reporta en su portal de internet que el balasto usado en la rehabilitación fue comprado en Acolman, Estado de México.
Expertos consultados por MILENIO comentaron que al igual que en el caso de durmientes, rieles y fijaciones, el exceso de carga de balasto "llevó a los límites elásticos" a la estructura, creando "grietas, fragmentaciones y deformación" dañando, planchas, trabes y columnas, situación que se agravó con los sismos de septiembre de 2017.
Balasto no era de la "calidad adecuada"
La empresa Systra en su diagnóstico final de agosto de 2014, donde puntualiza las medidas necesarias para reabrir la Línea 12, alertó que el balasto colocado desde su construcción no era de la "calidad adecuada" ni cumplía las normas internacionales.
Aunque la firma no advierte que éste sea más pesado, detalla que sus deficiencias deterioraron el nivelado de los rieles.
"El balasto empleado, aunque cumple con la norma contractual, no es de calidad adecuada para esta línea, de acuerdo con la normativa internacional UNE-EN-13450".
Por lo que, afirma que éste factor junto con la reducción de velocidad de los carros, fueron "factores agravantes" del desgaste ondulatorio.
Por ello, Systra en el documento "Acciones correctivas de la Línea 12", pide un cambio obligatorio de balasto a tipo C-4".
FS