Nada cambió después del 'quinazo' para nosotros. Antonio Los Santos reflexiona sobre la situación que vivieron los trabajadores petroleros tras la detención del líder Joaquín Hernández Galicia, el 10 de enero de 1989.
"Muchos creímos que vendrían tiempos mejores, pero no fue así, no hubo un cambio significativo" señala el entrevistado, el cual era empleado de Pemex en ese tiempo y había comenzado, junto a otro amigos, a publicar una revista, Prisma.
- Te recomendamos 31 años del Quinazo Política
En este había enfocado una dura crítica contra la situación que prevalecía en la sección 1 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, la cual, asegura, concentraba todo el poder de las otras secciones del país.
"Era extremadamente manipulador, apretaba pero no tanto, al final tenía a Chava Barragán que era la otra cara, la social".
En ella, hablaba de los despilfarros de recursos del gremio, los abusos de poder, un derroche que generaba que Joaquín Hernández fuera un todopoderoso... hasta el día de su detención.
La publicación, una revista que abordó varios temas, duró poco en circulación debido a la presión que se ejerció desde el círculo del ex líder petrolero, finado en diciembre de 2013.
"Había un gran derroche de recursos que giraban a servirle a la Quina, pero de otra forma no había desarrollo, por ejemplo, no había grandes tiendas como hay hoy, no se permitían, estaba centralizado el poder".
No había inteligencia a su alrededor
Los Santos recuerda el día de la detención. "Fue un shock tremendo, pero se veía venir, si La Quina hubiera tenido un poco de inteligencia en su equipo lo habría percibido".
- Te recomendamos Joaquín Hernández Galicia "La Quina" desestabilizó al sur de Tamaulipas Política
El entrevistado detalla que al momento de la detención, se encontraba en Arenque, sin embargo hubo detalles que se pudieron apreciar, por ejemplo, que los helicópteros Hércules de las fuerzas armadas subían y bajaban cerca de donde laboraban, como si estuvieran practicando algo.
También periodistas internacionales rondaban la zona buscando una entrevista con el líder sindical "y no eran cualquier tipo de periodistas, eran del Wall Street Journal o el New York Times, pero ocultaban al jefe para no molestarlo, pero desde afuera se daban cuenta que algo venía, algo fuerte, el rompimiento era irremediable. Si hubiera tenido inteligencia corporativa...".
ELGH