Adán Augusto López jugó de local y se llevó la partida. La última corcholata en sumarse a la carrera presidencial tuvo su actuación estelar, en lo que va de la competencia, en la inauguración de la refinería Olmeca.
Desde las primeras horas de la mañana se notó que ayer era su día. A lo largo de la carretera se colgaron mantas en puentes vehiculares y peatonales impulsando sus aspiraciones presidenciales con leyendas como “#YovoyconAdán” y “Adán Augusto va”.
Y al llegar al evento confirmó su localía.
En esta ocasión no hubo grandes multitudes, apenas unos 150 invitados entre gobernadores, empresarios y gabinete federal. Adán Augusto fue recibido con una tímida ovación: “¡presidente!, ¡presidente!”. Y empezó el disfrute.
Primero, a saludar a quien se le atravesaba, repartió abrazos, regaló selfies y por su cambio de secretario a corcholata se acercó a la prensa cuando antes ni por error respondía a una pregunta. Dio tres entrevistas en las que habló de la importancia de la refinería para la región, el avance del sureste con este gobierno y tomó a broma la coyuntura política.
—¿Se ve más fuerte para 2024? —preguntó un reportero.
—No, fíjate, he bajado un poco de peso —afirmó divertido.
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El funcionario aprovechó para deslindarse de las mantas que aparecieron en la carretera y, como es su costumbre, dijo que pediría una investigación.
Ya animado con las preguntas, a las que dedicó por lo menos 15 minutos, deslizó su aspiración presidencial con una alegoría culinaria: “A mí no me hace falta, porque afortunadamente siempre hay amigos que me llevan o mandan ahí el pozol. Lo que tenemos que hacer es darle pozol a todo el país”.
“Se pueden hacer las cosas bien en Tabasco y este es un ejemplo. Los tabasqueños sabemos cómo hacerle y trabajamos”.
Mientras disfrutaba de la atención mediática llegó Claudia Sheinbaum. La recibió el secretario particular del Presidente, Alejandro Esquer, con un beso en la frente y otro en la mejilla y hasta ahí. En esta ocasión para ella no hubo ovaciones ni recibimientos espectaculares.
Llegó hasta Adán Augusto y al vocero presidencial, Jesús Ramírez, con quienes platicó.
El día para la jefa de Gobierno se recuperó con el lugar privilegiado que le reservaron en el templete, justo detrás del Presidente, mientras los mandatarios de Oaxaca, Chiapas y Veracruz se quedaron abajo.
Sin embargo, el momento era de Adán Augusto. En el aplausómetro, el tabasqueño se llevó las palmas. Esta partida la ganó el secretario, aunque le faltó enfrentarse con el canciller Marcelo Ebrard, quien no asistió porque sigue convaleciente de covid.